fuera de juego

El final de la mafia que durante 41 años gobernó la FIFA y se apropió del deporte más popular del mundo. Una red de corrupción y sobornos que llegó hasta el Perú, y que apenas empezamos a descubrir.

Sepp Blatter se aferra a los descuentos

El Comité de Ética de la FIFA lo inhabilitó por 8 años por “pago desleal” a Michel Platini.

Martes 22 de diciembre del 2015

Marca de sus mejores tiempos y de sus últimos días, Sepp Blatter ha vuelto a echar mano de la hipérbole para mostrarle al mundo lo difícil que es ser él. En el pasado, un Blatter empoderado habría bromeado sobre su imagen de “villano Bond”, figura que usó para hacer reír a la audiencia de la sociedad de debate Oxford Union en octubre del 2013. Ayer por la mañana, herido en el pómulo y con una barba de dos días, prometió revancha en los tribunales con otra cita de franquicia.

“Volveré”, anunció, antes de retirarse a sus propios cuarteles. Los de la FIFA ya no le pertenecen.

Minutos antes, el Comité de Ética de la organización lo había inhabilitado por 8 años por un “pago desleal” de US$2 millones a Michel Platini en febrero del 2011. La transferencia de dinero a Platini –quien recibió la misma sanción– ocurrió en los meses previos a la elección de ese año, a tiempo para que el ex capitán de la selección francesa desistiera de postular a la presidencia como rival del oficialismo.

“Mi padre me enseñó a nunca tomar dinero que no he ganado, a pagar mis deudas y a nunca tratar de comprar a alguien con dinero”.

Ambos alegan que se trató de una remuneración tardía por servicios prestados entre 1999 y 2002, pero ningún documento ha podido probar ese arreglo. El Comité de Ética tampoco encontró indicios para acusarlos de corrupción, pero consideró que ambos abusaron de su poder.

Golpeado. Blatter se presentó ante la prensa sin afeitar y con un curita en el pómulo derecho, donde le habían extirpado un lunar.

sigo siendo el rey

“Herido en el corazón” después del veredicto, Blatter montó una conferencia de prensa en la antigua sede de la organización, ubicada sobre el lago Zúrich. En el auditorio Nelson Mandela, con el pin de FIFA en la solapa y un balón de Adidas sobre la mesa, Blatter invocó al ex presidente sudafricano para denunciar que lo trataran “como punching- ball” en un mundo de “valores humanitarios”.

“Al principio estuve triste, pero ya no. Estoy listo para pelear”, aseguró, e insistió una y otra vez en la vigencia de su mandato. “El Comité de Ética no tiene derecho a ir en contra del presidente”, afirmó. “Incluso suspendido, todavía soy el presidente”.

Que las reglas también apliquen para él parece haberlo tomado por sorpresa. Salir expectorado por un tribunal que él mismo instaló le añade insulto a la injuria.

justicia fifa

Después de los escándalos de corrupción del 2011, Blatter renovó el Comité de Ética, en un amago de reforma sin poder de citación ni verdadero interés de cambiar el estado de las cosas.

Acusados de recibir coimas de la firma de márketing ISL en 1998, Nicolás Leoz y Ricardo Teixeira renunciaron a sus cargos y a sus sitios en el Comité Ejecutivo, antes que el Comité de Ética ratificara parte de los cargos. Joao Havelange hizo lo propio con su presidencia honoraria. Por regla, si el funcionario en cuestión renuncia a la FIFA, se cierran las investigaciones y se mantiene la presunción de inocencia.

“Trataron de matarme, pero me salvé al último minuto. Soy un luchador y volveré”.

Otros viejos cómplices la pasaron peor cuando cambiaron de bando. El catarí Mohammed bin Hammam, quien financiara la campaña de Blatter en 1998 y la de Qatar para la sede del 2022, decidió postular a la presidencia en el 2011. El Comité Ejecutivo lo acusó de ofrecer dinero a miembros de la Concacaf a través de Jack Warner. Bin Hammam renunció a su candidatura y fue inhabilitado de por vida. Warner renunció a todos sus cargos y el caso se cerró.

Como en ocasiones anteriores, la FIFA ha impuesto multas simbólicas: US$50 mil para Blatter y US$80 mil para Platini. Nada mal para una caída en desgracia.

tentar a la suerte

“Debí actuar con sabiduría y dejar la FIFA en el 2014”, aseguró ayer Blatter en entrevista con Sky News, como si ese gesto le hubiera ahorrado la molestia.

Presidente por 17 años, Blatter insiste en que su mandato no se ha terminado. El siguiente paso es la Junta de Apelaciones FIFA y la Corte de Arbitraje del Deporte (CAS), en una carrera por recuperar su cargo antes de las elecciones del 26 de febrero.

créditos

investigación y textos:
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