Medicamentos usados para interrumpir un embarazo en etapas iniciales son exhibidos en una clínica de Planned Parenthood, el 29 de octubre de 2021, en Fairview Heights, Ilinois. (Jeff Roberson / AP)
Medicamentos usados para interrumpir un embarazo en etapas iniciales son exhibidos en una clínica de Planned Parenthood, el 29 de octubre de 2021, en Fairview Heights, Ilinois. (Jeff Roberson / AP)
Agencia AFP

La Corte Suprema de , que debía pronunciarse el miércoles sobre el rompecabezas legal que rodea el destino de una píldora abortiva de amplio uso en el país, aplazó dos días su ansiada decisión, extendiendo así temporalmente el pleno acceso a la misma.

En un nuevo capítulo de esta saga, seguida con zozobra por defensores y opositores del derecho al aborto, el juez Samuel Alito indicó en un escueto texto que la suspensión por parte de la alta corte de la decisión de un tribunal inferior sobre la píldora fue prorrogada por 48 horas, hasta las “23H59 del viernes 21 de abril”.

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La Corte debería poner fin de una vez por todas a este caso peligroso e infundado”, reaccionó de inmediato la organización de derechos civiles ACLU.

Las personas que necesitan un aborto o un tratamiento para un aborto espontáneo no deberían quedarse sentadas preguntándose si podrán acceder a la atención que necesitan o si la Corte Suprema se los quitará abruptamente”, agregó.

Menos de un año después de revocar el derecho constitucional al aborto en el país y tras fallos judiciales contradictorios, el alto tribunal de mayoría conservadora fue llamado a examinar el tema por el gobierno de Joe Biden.

Lo que está en juego es el acceso al fármaco mifepristona en todo el territorio estadounidense.

En combinación con otro medicamento, la mifepristona se usa para más de la mitad de los abortos en Estados Unidos. Más de cinco millones de estadounidenses ya lo han tomado desde su autorización por parte de la agencia estadounidense de medicamentos FDA hace más de 20 años.

Juez contra juez

La actual saga legal comenzó cuando, tras una demanda de una coalición de grupos antiaborto, un juez federal en Texas retiró la autorización de comercialización de la mifepristona el 7 de abril. A pesar del consenso científico, consideró que planteaba riesgos para la salud de las mujeres.

La administración Biden recurrió el fallo y un tribunal de apelaciones permitió el 12 de abril que la píldora abortiva siguiera autorizada, pero limitó las facilidades de acceso otorgadas por la FDA: restringió el uso del fármaco a las siete semanas de embarazo, en lugar de diez, y prohibió su envío por correo.

El gobierno federal acudió entonces de urgencia a la Corte Suprema, que el viernes mantuvo temporalmente el acceso a la píldora abortiva.

La Corte Suprema dispuso que la suspensión de la decisión del tribunal de apelaciones durara hasta este miércoles. Las partes tenían hasta el mediodía del martes para presentar sus alegatos.

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En su argumentación, la coalición antiaborto que presentó por primera vez el caso contra la FDA instó al templo de la ley estadounidense a mantener el fallo del tribunal de apelaciones.

De lo contrario, dijo, “la mifepristona provocará más complicaciones físicas, trauma emocional e incluso la muerte de las mujeres”.

De su lado, el Departamento de Justicia (DoJ), que encabeza la oposición al ataque legal contra la píldora abortiva, sostuvo que el fallo judicial inicial se basó en una “evaluación profundamente equivocada” de la seguridad de la píldora y también cuestionó la decisión del tribunal de apelaciones.

La Corte Suprema, que tiene una mayoría conservadora de 6-3, podría decidir el restablecimiento de las restricciones instauradas a nivel de apelación, la prohibición total o alguna otra configuración.

Ping pong judicial

La nueva batalla por la mifepristona se ha convertido en un “ping pong judicial” que está “causando caos y confusión”, según Carrie Flaxman, de la organización de defensa de los derechos reproductivos Planned Parenthood.

La Corte Suprema “se enfrenta a una elección clara: mantener un hecho legal y científico o capitular ante el extremismo. Apoyar al pueblo estadounidense o traicionar su confianza. Proteger la libertad o alentar la tiranía”, afirmó este miércoles en Washington la congresista demócrata Katherine Clark.

Los republicanos tienen un objetivo: prohibir el aborto en todo el país”, agregó.

Muchos temen que estas demandas allanen el camino para que los tribunales impugnen otros medicamentos. “Un juez puede hacer lo mismo con las vacunas o los antidepresivos que no le gustan”, advirtió Josh Sharfstein, un exfuncionario de la FDA.

Desde que la Corte Suprema anuló en junio pasado el histórico fallo Roe vs. Wade que había consagrado el derecho constitucional al aborto durante medio siglo, una veintena de estados han prohibido o restringido severamente el acceso al aborto.

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Las encuestas muestran que una clara mayoría de estadounidenses apoya un acceso continuado al aborto seguro, incluso cuando los grupos conservadores presionan para limitar el procedimiento o prohibirlo por completo.

Según los estudios, los embarazos se interrumpen con éxito en más del 95% de los casos en los que se usa mifepristona.

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