Antes de que se erigiera el imponente Palacio de Justicia en el Centro de Lima, a lo largo de la historia los jueces llegaron a impartir justicia en sus mismos domicilios e, incluso, en uno de los ambientes del Palacio de Gobierno, con todas las dificultades que ello acarreaba y siendo su labor muchas veces interrumpida por los conflictos que convertían al palacio en cuartel.