El niño ciudadano, por Francisco Miró Quesada Rada
El niño ciudadano, por Francisco Miró Quesada Rada

FRANCISCO MIRÓ QUESADA RADA

A fines de los años 60 el reconocido politólogo canadiense David Easton, quien aplicó por primera vez la teoría de los sistemas al análisis político y los combinó con el estructural funcionalismo, hizo un estudio sobre la socialización política de los niños. En síntesis, el trabajo de Easton fue aplicado a los niños norteamericanos con resultados interesantes. Por ejemplo, entre los 10 y 15 años empiezan a comprender las funciones políticas centrales del Gobierno, Parlamento y Poder Judicial. Pueden también entender la dinámica de los procesos políticos como las elecciones, algunos hechos del acontecer político cotidiano y las corrientes políticas que hay en su entorno. En este período se desarrollan y se reafirman las lealtades respecto de algún partido político y de las tendencias políticas.

Posteriormente, los franceses Charles Roig y Annick Percheron, llegaron a la conclusión de que el trabajo de Easton era útil para explicar la socialización política del niño norteamericano, pero inadecuado para entender este proceso entre los niños franceses. Sin embargo, cuando se compararon los trabajos se pudieron encontrar rasgos comunes y valores dominantes en ambas sociedades. 

Teniendo en cuenta que la realidad del niño y adolescente peruano es distinta a la norteamericana y francesa, el profesor de la Universidad de Lima Jorge Valencia Corominas, experto en derechos del niño, a través de una serie de encuestas que forman parte de un trabajo de próxima publicación pero al que tuve acceso, llega a una serie de conclusiones interesantes.  La obra habla sobre el racismo en la escuela, explica con claridad este fenómeno internacional conocido como ‘bullying’ y lo define “como el acoso en las instituciones educativas”, que también puede producirse fuera de estas a través del ‘ciberbullying’. Valencia dice que el Estado Peruano ha tomado cartas en el asunto por medio de la Ley 29714 porque promueve la convivencia sin violencia en los colegios.

Otro tema que aborda son las opiniones de los niños y adolescentes.  La gran mayoría de los niños peruanos sabe que tienen derecho a opinar. El autor mencionado hace un análisis comparativo de las constituciones de América del Sur que norman el derecho de los infantes, y en lo que atañe a nuestra Constitución, precisa a modo de predicción: “La tendencia en nuestra legislación apuntará a la reducción de la edad para la elección de las autoridades políticas”. Algunos países de Occidente tienen disposiciones normativas en esta dirección como sucede en Suecia, Suiza, Nicaragua y la Argentina.

Como sabemos, la mayoría de edad en el Perú para ejercer nuestros derechos ciudadanos se alcanza a los 18 años, pero cabe preguntarse si en nuestro medio las condiciones están dadas para reducir la edad. Formalmente la ciudadanía se adquiere a esta edad, pero precisamente por esta razón, ¿los menores no son ciudadanos? O en todo caso, ¿son ciudadanos limitados? Sobre este tema escribió el politólogo norteamericano Robert Dahl, quien en su libro “Democracia” discute la situación de los niños en la polis (en la política) y sostiene que son unos discriminados ciudadanos de segunda.

Más allá de este problema que debe ser debatido, Valencia logra demostrar que los niños peruanos, en un alto porcentaje, saben que tienen derechos, que existen opciones para participar y opinar tanto en la escuela como en la comunidad y valoran el sufragio como práctica democrática. 

Los niños viven en un sistema, pero una cosa es estar en el sistema y otra es sentirse parte del sistema. Si están en el sistema pero no actúan en él, dentro de los posibles espacios existentes, entonces son excluidos.

El estudio de Valencia nos abre un nuevo horizonte, y a pesar de que demuestra un avance en cuanto al ejercicio del derecho de los niños y adolescentes en el Perú, falta todavía un vehículo pedagógico e institucional que contribuya con la formación del niño ciudadano.