"Las revelaciones de Karelim López apuntan al presidente Castillo, pero no comprueban su participación en actos criminales e inmorales". (Foto: Presidencia)
"Las revelaciones de Karelim López apuntan al presidente Castillo, pero no comprueban su participación en actos criminales e inmorales". (Foto: Presidencia)
/ VICTOR GONZALES
Federico Salazar

La próxima semana se presentará en el Congreso una nueva moción de contra el presidente . La han alentado las declaraciones ante la fiscalía de Karelim López, sobre eventuales actos de corrupción que apuntan al jefe del Estado.

López, aspirante a colaboradora eficaz, reveló que cinco congresistas de Acción Popular formarían parte del entramado de corrupción. Falta que el Congreso pida cuentas a los aludidos. Falta que se investigue en qué otros grupos podría haber este tipo de representante coludido y corrupto.

La moción de vacancia que se presentará la próxima semana adolece, sin embargo, de algunos sustentos. En lo que se conoce de ella se cita, por ejemplo, encuestas de opinión e informes periodísticos.

En los fundamentos se dice que Castillo “es una persona peligrosa para la democracia que, si no es vacado, afectará a todos los peruanos, como ya viene haciendo con quienes viven en extrema pobreza, generando ‘más pobres en un país rico’, lo contrario a sus promesas de campaña”.

Considerar a un presidente “peligroso para la democracia” no es prueba de “permanente incapacidad moral”. Es una opinión, no un fundamento.

Afectar a los peruanos con sus acciones de gobierno tampoco sirve para sustentar una vacancia por permanente incapacidad moral. La vacancia no se produce por incapacidad gubernamental, sino por incapacidad moral.

Si los congresistas quieren de verdad vacar al presidente, deben hacerlo con razón. Ya es bastante con la discusión sobre lo que significa “incapacidad moral” como para agregar inconsistencias en la argumentación.

La moción en cuestión señala que “sus cuestionadas y negativas acciones en el manejo del Estado (del mandatario), del que dependen 32 millones de peruanos, son razones fundamentales para iniciar el mecanismo constitucional de la vacancia presidencial”.

Esto es falso. Las acciones en el manejo del Estado no pueden ser motivo de vacancia por incapacidad moral. A no ser que estas revelen el carácter de una inmoralidad del presidente al punto de hacerlo indigno para el cargo.

Las revelaciones de Karelim López apuntan al presidente Castillo, pero no comprueban su participación en actos criminales e inmorales. Crean un punto de partida para las investigaciones, no concluyen en un punto de llegada.

La moción también menciona sus contradicciones y mentiras en investigaciones fiscales. Tal es el caso de la indagación sobre los ascensos en las FF.AA. y la Policía Nacional, por las que se habría pagado cupos. La acusación es gravísima y, por eso mismo, debe ser muy cuidadosa la imputación.

El poder de determinar incapacidad moral permanente no puede carecer de fundamento. Es un poder muy grande que debe estar limitado por la sustentación.

Karelim López debe dar declaraciones complementarias. Bruno Pacheco, ex secretario general de la Presidencia, debe a su vez declarar ante la fiscalía. Él era el contacto de López y es el conducto que lleva al presidente Castillo.

El presidente debe ser confrontado a sus versiones sobre las visitas en la casa de Sarratea y sus reuniones con Karelim López. Para que se sustente la vacancia debe demostrarse que mintió y que lo hizo sistemáticamente.

Quizá esta moción sirva para eso: para obtener mayores declaraciones del presidente y así poder verificar su apego o desapego a la verdad. No cabe esperar mucho más.