El falso ídolo del mercado, por Francisco Miró Quesada Rada
El falso ídolo del mercado, por Francisco Miró Quesada Rada

Aunque se conoce que el creador de la palabra ‘ideología’ fue el francés (1754-1836), ella tiene otros antecedentes, como en el filósofo inglés del siglo XVII con su teoría de los idola. Para este, los ídolos son la imagen de una falsa deidad. 

Ellos se han posesionado del espíritu humano deformándolo. Por consiguiente, se debe liberar el espíritu de las personas evitando esta mala influencia porque “impide la evolución natural de la razón”.

Ludovico Silva, filósofo venezolano, sostiene que si se quiere hacer justicia con respecto al término utilizado por Bacon, lo deberíamos denominar ‘idología’ y no ‘ideología’. En efecto, el pensador inglés distingue cuatro clases de ídolos: 

1) Idola tribu, que se fundamenta en la estirpe humana.

2) Idola especus o de las cavernas, que se basa en el individualismo y el egocentrismo. 

3) Idola fori o del mercado, que se origina en la convivencia.

4) Idola teatri, que deriva de las tesis y de las fábulas de los filósofos, así como de las reglas tergiversadas de la demostración.

Para Bacon, la deformación de la realidad se presenta principalmente en las relaciones económicas y las creencias teológicas. En su estudio sobre las ideologías, el suizo Hans Barth dice: “La crítica de los ídolos y de la superstición se convierte en la crítica de una capa social que se inicia en los albores del pensamiento liberal revolucionario, cuyos pensadores llamaron a los ídolos de Bacon prejuicios”.

Queda demostrado entonces que no fue Karl Marx el creador del término ‘ideología’, sino que lo utiliza para referirse a la concepción del mundo, un sistema de creencias que se impone por diversos mecanismos hasta convertirse en vigencia. Es decir, una creencia dominante en una determinada época histórica. Uno de los casos más conocidos es el del poder divino de los reyes. Antes que Marx desarrollara su teoría de la ideologización, tanto John Locke como Jean-Jacques Rousseau y otros pensadores de la Ilustración descubrieron que el grupo dominante, llamado también clase, elabora teorías para justificar “racionalmente” sus privilegios, que son de poder y económicos. La ideología es deformación de la realidad, una falsedad que se presenta como verdad científica.

Además de la teoría del poder divino de los reyes, tenemos casos de personas ideologizadas en el contexto de lo que Bacon llamó idola fori o del mercado. Por ejemplo, , un típico ‘tycoon’ imperialista, ha dicho que Estados Unidos debe cobrar por mandar sus ejércitos al extranjero. Más allá de las palabras de este racista de marras, que además quiere también cobrar al Gobierno Mexicano por un muro para evitar la inmigración desde el Río Grande hacia el norte, se nota que está totalmente alienado al dinero. Todo lo ve plata porque cree que la economía, el libre mercado y la libre competencia, que es solo una dimensión de la vida humana, como lo es el poder, la cultura y el deporte, son la solución a los problemas de la humanidad.

Si bien la economía capitalista es útil para afrontar problemas de necesidad y escasez (el francés Raymond Barre dice: “La economía es la ciencia de la administración de los recursos escasos”), desde diversos medios se quiere imponer la idea de que con el crecimiento y la inversión se solucionará la pobreza. Sin embargo, no se dan cuenta de que el sistema capitalista tiene sus límites y en diversos casos es generador de pobreza y desigualdad, porque arroja a los que no responden a sus reglas y es incapaz de administrar muchos recursos escasos de los que habla Barre. 

Los capitalistas nos quieren hacer creer que ellos salvarían al mundo a través de los negocios, creencia parecida a la del poder divino de los reyes. Con su fe ciega en el mercado, el neoliberalismo se ha convertido en la fe dominante de nuestra época, bueno, hasta ahora. El idola fori campea.