Iquitos vive inundada de basura

A la ciudad de Iquitos, en Loreto, la suelen llamar la “isla bonita”. Esta localidad de la selva peruana tiene hermosos paisajes, un clima tropical y el majestuoso río Amazonas. Todos estos atractivos naturales atraen las miradas de muchos turistas que año a año llegan hasta aquí. Sin embargo, pese a la riqueza ecológica, la realidad que muestran algunas de las calles de Iquitos es insalubre. Plásticos, vidrios, bolsas y desperdicios de alimentos están regados por toda la ciudad.

A pesar del arduo trabajo que viene realizando el equipo de limpieza pública de la Municipalidad de Maynas, la recolección de basura aún tiene muchas deficiencias en zonas que, al parecer, han sido olvidadas, como es el caso de La Pradera, ubicada a 20 minutos en motocarro desde la plaza principal de la ciudad. En esta zona de Iquitos, los pobladores se ven afectados por la contaminación de residuos sólidos como las botellas plásticas, bolsas y desperdicios de comida que ellos mismos generan o que el río Itaya arrastra durante épocas de lluvia.

Julián Manguinuri vive con su esposa desde hace seis años en esa zona. Durante este tiempo, él ha normalizado el exceso de basura. Por su parte, Antonio Panduro, un dirigente de La Pradera, menciona que muchos habitantes continúan viviendo en este lugar contaminado porque no tienen recursos para trasladarse a un espacio con mejores condiciones ambientales.

Panduro agrega que la municipalidad nunca los ha atendido, por lo que recientemente se han comunicado con el Gobierno Regional de Loreto para que les de una solución. Según explica el dirigente, el gobernador René Chávez se comprometió a apoyar a la comunidad para liberarlos de la contaminación.

Según la información oficial del Ministerio de Economía y Finanzas, la Municipalidad de Maynas cuenta con un presupuesto (2023) de 16,2 millones de soles para la Gestión Integral de Residuos sólidos. Sobre esto, el regidor Marco Arellano, del concejo municipal de Maynas, indicó que el dinero servirá, en parte, para el pago de los trabajadores de limpieza pública. Asimismo para arreglar las máquinas malogradas e incrementar la capacidad operativa del municipio.

En cuanto al problema de la basura en Iquitos, mencionó: “el Municipio de Maynas no cuenta con el personal y maquinaria suficiente para la recolección de residuos sólidos. Cabe resaltar que cuentan con 10 máquinas de recolección de basura, de las cuales 5 están en funcionamiento y las otras no están habilitadas”.

Sin embargo, es importante señalar que no toda la responsabilidad recae sobre las autoridades, sino también sobre algunos ciudadanos irresponsables que sacan su basura en horarios no adecuados. El concejal Arellano explicó que hay vecinos que ponen sus bolsas con desperdicios fuera de su vivienda después de las 7 de la noche, hora en que ya pasaron las máquinas compactadoras. Eso origina que la basura se acumule en las calles innecesariamente.

Según cifras oficiales, en Iquitos se generan entre 15 y 20 toneladas de residuos sólidos diarios; de estas, el municipio logra recoger de 10 a 12 toneladas diarias.

La institución educativa Rosa Agustina Donayre de Morey, en Iquitos, se embarcó este año en un proyecto de innovación llamado “Líderes escolares construyendo ciudadanía activa”, para involucrar a los estudiantes en distintos ámbitos de la educación y problemas sociales de esta localidad de la selva peruana.

Entre las actividades más resaltantes figura la visita a Varillalito, una comunidad ubicada en el kilómetro 13.5 de la carretera Iquitos-Nauta, en el distrito de San Juan Bautista, en la provincia de Maynas (Loreto), donde se tuvo como actividad la recolección de residuos sólidos y desperdicios. Los estudiantes se trasladaron a los alrededores del colegio y a las calles principales de la comunidad para acopiar los desperdicios. El objetivo de esta acción fue que la comunidad viva en un espacio limpio y saludable y que tome consciencia de la importancia de arrojar sus desperdicios en los espacios indicados por las autoridades.

“Mi experiencia recolectando desperdicios fue preocupante, ya que había muchos residuos sólidos como pañales y aguajes en descomposición, bolsas, botellas, vidrios, condones y abundante plástico. Las niñas veían esto con mucha naturalidad. Me llenó de satisfacción ayudar a estas personas”, contó Jarumy Benavente, una alumna que participó en la actividad.