El hallazgo podría ayudar a moderar el contenido en las plataformas sociales para que el comportamiento tóxico sobreviva menos en el mundo 'online'.
El hallazgo podría ayudar a moderar el contenido en las plataformas sociales para que el comportamiento tóxico sobreviva menos en el mundo 'online'.
Redacción EC

El debate público en las puede llegar a hastiarnos, sobre todo cuando las discusiones se ponen acaloradas. ¿Pero acaso las plataformas y sus algoritmos tienen la culpa del ambiente tóxico que se gesta en ellas?

Un reciente estudio publicado en aborda esta problemática. Aísla varios comportamientos para intentar entender mejor dónde empieza y acaba la toxicidad en línea. Analiza más de 500 millones de hilos, mensajes y conversaciones en inglés en ocho plataformas durante 34 años, entre ellas Facebook, Reddit, Telegram, Twitter y YouTube.

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¿El resultado? La toxicidad no ha surgido como consecuencia de las redes, sino que es algo más ligado a los humanos.

“El estudio indica que a pesar de los cambios en las redes y las normas sociales a lo largo del tiempo persisten ciertos comportamientos humanos, incluida la toxicidad”, dice Walter Quattrociocchi, profesor de la Universidad de La Sapienza (Roma) y coautor junto a otros académicos de su universidad y de la City University y el Instituto Alain Turing, en Londres. “Esto implica que la toxicidad es un resultado natural de las discusiones online, independientemente de la plataforma”.

Sin embargo, el estudio también descubrió que, pese a lo que suele pensar, la toxicidad no disminuye el atractivo de la plataforma.

“El comportamiento del usuario en conversaciones tóxicas y no tóxicas tiene patrones casi idénticos en términos de participación, sugiere que la presencia de toxicidad podría no disuadir la participación como comúnmente se supone”, dice Quattrociocchi.

Aunque el estudio apunta que cierta toxicidad va ligada al comportamiento humano en redes, esto no implica que todas las interacciones en línea estén condenadas a ser tóxicas o que los esfuerzos por mitigarlas sean inútiles.

Al contrario, el hallazgo podría ayudar a moderar el contenido en las plataformas sociales para que el comportamiento tóxico sobreviva menos en el mundo ‘online’.

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