Buenos Aires: qué hacer en Palermo, el barrio más “cool” de la capital de Argentina

Buenos Aires encanta. Es difícil no pisar esta ciudad a casi 5 horas de Lima (en avión) sin evitar salir enamorado. En la capital de Argentina, el viajero no solo respirará arte y cultura, sino también deliciosa gastronomía, múltiples áreas verdes e imponente arquitectura. En esa línea, sobresale el barrio de Palermo.

Aunque generalmente atrae al público joven, por sus plazas ideales para las picadas y salidas nocturnas, Palermo tiene opciones para todos. Más aún para aquellos que buscan un viaje sin apuros, con opciones para desconectar y caminatas para relajar.

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Para empezar, la cantidad de áreas verdes que ostenta el barrio es admirable. La recomendación es aprovechar la mañana para disfrutar de caminatas con el sol ligero, con paseos por El Rosedal, el Jardín Botánico, el Ecoparque de Buenos Aires y el icónico Jardín Japonés. Este último, sí cobra entrada, que equivale a menos de 1 dólar en pesos argentinos.

Continuar el día con energía está asegurado, pues en Palermo abundan las cafeterías de especialidad. Uno de los imperdibles es Cocu Boulangerie, que fusiona la pastelería francesa con la bollería argentina. ¿Su opción para los más atrevidos? El choripán servido en croissant.

PARA CHUPARSE LOS DEDOS

Si de comer se trata, Palermo ha recibido la ‘bendición’ de contar con más de un restaurante seleccionado por la Guía Michelin. Destaca, en la lista, el histórico Don Julio, para amantes de la auténtica parrilla argentina (eso sí, las reservas deben hacerse con meses de anticipación). Para deleitarse con almuerzos y picadas —y una de las milanesas más ricas de la ciudad— El Preferido de Palermo es la opción.

En tanto, si lo que busca es salir de lo clásico, recomendamos darse una vuelta por Julia, restaurante liderado por un bioquímico que se enamoró de la gastronomía, y seduce paladares con platillos que él llama ‘indie’ por su mezcla en texturas, culturas y sabores. Toda una experiencia.

Para cerrar, un ‘spot’ imperdible y recomendado por los mejores chefs del país: Gran Dabbang. En este restaurante, se sirven opciones asiáticas que encantan, incluso, a los paladares más exigentes.

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La visita a Palermo no puede concluir sin estos planes según la personalidad de cada viajero: para los que aman la historia, es no negociable visitar el museo Evita, creado en homenaje a Eva Perón. Para los amantes de la moda, destaca la calle Gurruchaga, pues en sus cuadras se levantan diversos ‘outlets’ con opciones de ropa, accesorios y zapatos. Los fiesteros, en tanto, se pueden reunir en plaza Serrano, que cuenta con bares bohemios e infinidad de arte callejero en sus paredes.

El broche de oro será la última noche: aprovéchela en visitar el planetario Galileo Galilei cuando el sol haya caído y enciendan sus luces. Un espectáculo que guardará como postal en la memoria. //