Diana Gonzales Obando

Para alcanzar la santidad no hay un camino fácil. Tienes que haber muerto y haber tenido una vida virtuosa. Realizar gracias o milagros que serán comprobados por una persona designada por la Iglesia. Se abrirá un expediente con el acopio de testimonios y llegarán a Roma para continuar con una serie de minuciosos procesos. Pasarán varias décadas y hasta siglos antes de ser declarado santo. El caso de Santa Rosa de Lima (1586-1617) fue distinto.

Contenido Sugerido

Contenido GEC