Milagros Asto Sánchez

realizó el último miércoles su tercera ejecución de este año. Mohammed Aziz Hussain, de 56 años, murió en la horca en la cárcel de Changi tras haber sido condenado a esa pena en el 2018 por traficar 50 gramos de heroína. Su sentencia forma parte de los duros castigos a los que la ciudad-Estado ha regresado tras una pausa de las ejecuciones durante dos años por la pandemia de COVID-19.

MIRA: Los rumores y teorías se disparan tras la abrupta caída del canciller chino que llevaba un mes desaparecido

Singapur aceleró en el 2022 las ejecuciones ahorcando en pocos meses a once presos, incluyendo uno con discapacidad intelectual. Este año, la primera persona a la que se le aplicó la pena capital fue Tangaraju Suppiah, de 46 años, quien sufrió la pena por conspirar para traficar 1kg de marihuana.

Aquella ejecución fue calificada de “escandalosa” por organizaciones de derechos humanos. La ONU llegó a pedir a Singapur que la detuviera por dudas sobre las garantías del proceso, pues los abogados y familiares del ejecutado afirmaban que este nunca había tocado ni visto la droga que le acusaron de conspirar para traficar.

“Todavía tienen muchas preguntas sin resolver sobre su caso y la evidencia en su contra. Ha sido una experiencia muy angustiosa para ellos”, dijo a la BBC la activista anti pena de muerte Kirsten Han.

Desde 1975, el país dispone la pena de muerte para las personas condenadas por tráfico de drogas. En la mayoría de los casos, la pena de muerte se aplica por traficar más de 500 gramos de cannabis, 250 gramos de metanfetamina, 30 gramos de cocaína o 15 gramos de heroína, reporta “The New York Times”.

Pese a las críticas y los cuestionamientos, Singapur, que ya ha ejecutado a 14 personas por delitos de drogas desde que reanudó la pena capital en marzo del 2022, tiene programada otra para este viernes 28, la misma que ha también ha generado preocupación.

Entre los países con más ejecuciones

Según Amnistía Internacional, junto con China, Irán y Arabia Saudí, Singapur es uno de los cuatro países que han llevado a cabo recientemente ejecuciones relacionadas con las drogas.



La primera mujer ejecutada desde el 2004

En el 2018, Saridewi Djamani, singapurense de 45 años, fue condenada y sentenciada por el tráfico de unos 30 gramos de heroína. Este viernes 28 se convertirá en la primera mujer en ser ejecutada en Singapur desde el 2004.

La última mujer ahorcada en el país fue Yen May Woen, una estilista de 36 años, también por tráfico de drogas.

Los medios locales informaron que Saridewi testificó durante su juicio que se estaba abasteciendo de heroína para uso personal durante el mes del ayuno islámico, informa la BBC.

La justicia consideró que, si bien negó vender drogas como heroína y metanfetamina en su departamento, minimizó la escala de esas actividades.

Activistas protestan ante la Alta Comisión de Singapur en Kuala Lumpur el 23 de abril del 2022 contra la ejecución prevista de Nagaenthran K. Dharmalingam. (Foto: AFP)
Activistas protestan ante la Alta Comisión de Singapur en Kuala Lumpur el 23 de abril del 2022 contra la ejecución prevista de Nagaenthran K. Dharmalingam. (Foto: AFP)
/ ARIF KARTONO

La organización Transformative Justice Collective (TJC), que rastrea los casos del corredor de la muerte, dijo que Saridewi había argumentado que no había podido dar declaraciones precisas a la policía porque había estado sufriendo de abstinencia de drogas.

El juez del tribunal superior concluyó que la mujer había “sufrido como máximo abstinencia de metanfetamina de leve a moderada durante el período de toma de declaración”, y que esto no había afectado su capacidad para dar declaraciones, según TJC.

Los grupos de derechos humanos, el empresario británico Richard Branson y la ONU han exhortado a Singapur a detener las ejecuciones por delitos de drogas ante las pruebas crecientes de que la pena de muerte es ineficaz como disuasivo. Pero las autoridades dicen que todos los procesos devienen en juicios justos y la pena capital resulta crucial para ayudar a detener tanto la oferta como la demanda de drogas.