Varios hospitales de Irlanda del Norte han recibido envíos de hamburguesas de vacuno que contenían carne de caballo, informó hoy el director de la Organización de Servicios Comerciales (BSO) de la provincia británica, David Bingham.

El responsable de la BSO, compañía que suministra carne a los hospitales y centros de salud norirlandeses, confirmó hoy que las hamburguesas provenían de una empresa radicada en la República de Irlanda. Hemos actuado inmediatamente, tan pronto como hemos sabido que podía haber un problema de confianza hemos retirado el producto, aseguró Bingham.

Tras conocer la noticia, la ministra norirlandesa de Agricultura, Michelle ONeill, ha convocado una reunión de emergencia del Ejecutivo autónomo de Belfast de poder compartido entre católicos y protestantes, al que tiene previsto asistir también el titular de Justicia e Interior, David Ford. Según fuentes oficiales, el encuentro servirá para que la Agencia de Estándares Alimentarios del Reino Unido (FSA) informe sobre el estado de las últimas investigaciones de las autoridades sobre esta cuestión.

ARRESTADOS La policía británica detuvo anoche a tres personas en Inglaterra y Gales en relación con el escándalo de la carne de caballo encontrada en productos etiquetados como vacuno.

Los tres hombres, de entre 42 y 63 años, fueron arrestados en dos plantas de procesado industrial de carne en las localidades de Aberystwth, en Gales, y Todmoreden, en el condado de West Yorkshire, al norte de Inglaterra.

Los detenidos, bajo sospecha de haber cometido un fraude, serán interrogados tanto por la policía como por personal de la FSA, que había inspeccionado ambas plantas el pasado martes.

SE EXTIENDE EL ESCÁNDALO Por otro lado, la Agencia de Estándares Alimentarios del Reino Unido (FSA) informó hoy que 29 de los 2.501 test sobre productos de vacuno que ha realizado en los últimos días han dado positivo por contaminación con carne de caballo. Asimismo, esta habría sido comercializada en 13 países de la Unión Europea.

Pero la cuestión no termina allí. La FSA además halló la presencia de un potente antiinflamatorio utilizado en caballos en carne enviada a Francia. Así, el fármaco fenilbutazona (conocido también como buté) podría haber entrado a la cadena alimenticia humana.

Expertos en seguridad alimentaria provenientes de toda Europa se reunirán hoy en Bruselas para hablar sobre el escándalo y diseñar estrategias para controlarlo.