Luciana Villegas

Para Margarita Rivera, creadora y CEO de Valdé Beauty (una vegana de labiales con sede en Los Ángeles), el es un espacio tan disruptivo como lo fue el internet en su momento. Tanto así que el último lanzamiento de la marca no fue presentado en un coctel ni en una tienda por departamentos; fue en un evento en el mundo virtual Decentraland, plataforma de realidad virtual. Toda una experiencia inmersiva que logró la participación de más de 400 de sus consumidores...sin que estos se muevan de sus sillones. Además, para potenciar aquella colección, la marca creó una serie de obras de arte NFTs (Tokens no fungibles que funcionan como activos digitales) con un premio en el mundo físico: empaques para los labiales en forma de armaduras hechos a mano de cuarzo rosa o blanco y de stock limitado. Un lanzamiento que mezcló el arte digital con el producto físico. “Siempre estoy pensando nuevas formas de crear comunidad, conectar con nuestros consumidores y darles nuevas experiencias. El metaverso es el lugar ideal para hacer esto”, comenta Margarita.

Esa es justamente una de las ventajas del metaverso: la de ofrecer experiencias de marketing alternativas al comercio electrónico “tradicional” o las redes sociales. Pero, ¿qué es exactamente el metaverso? Se trata de un ciberespacio que engloba a los universos virtuales, las criptomonedas, la cadena de bloques, la realidad virtual, los juegos inmersivos o los NFTs. Un misterio para muchos de nosotros que desconocemos el mundo digital más allá de dar un “Me gusta” en Instagram o ver un video en YouTube. Sin embargo, al día de hoy miles de personas ya han tomado interés en este universo digital y las nuevas formas de interacción que propone. De hecho, según un informe de la consultora americana Gartner, “para el 2026, el 25 % de las personas pasarán al menos una hora al día en el metaverso para trabajar, ir de compras, educarse, socializarse y/o entretenerse”.

Por ello, la industria de la global ya ha dado sus primeros pasos hacia el futuro. Dior Beauty, por ejemplo, se asoció con Zepeto, el universo digital más orientado a la belleza, para presentar nueve avatares diseñadores por Peter Philips, director creativo y de imagen de maquillaje. Los avatares lucieron looks de belleza con los nuevos productos de la firma francesa, una forma innovadora de lanzar su última colección. Por su parte, la marca homónima Charlotte Tilbury abrió “Shop with friends”, una tienda inmersiva en la que sus consumidores pueden probar sus productos y conocer sus últimas colecciones a través de sus avatares. Todo este movimiento digital tiene como objetivo conectar con la comunidad en este nuevo espacio y buscar oportunidades económicas, que no necesariamente tienen como finalidad la venta de un producto físico, sino campañas de publicidad, eventos o lanzamientos de ediciones limitadas.

Para Stephanie Wong, diseñadora peruana de experiencia de usuario establecida en Brasil, el metaverso es una gran oportunidad para acortar las brechas con los consumidores. Stephanie es la única mujer del equipo peruano ganador del segundo puesto de la competencia mundial de inteligencia artificial del sector belleza: Hackathon Global Belcorp. En tan solo 24 horas, el equipo formuló una propuesta para potenciar la compra digital de fragancias de la marca Cyzone. Según sus investigaciones, solo el 10% de la compra de perfumes era por canales digitales, y en su mayoría se trataba de olores conocidos o recomendados anteriormente al consumidor; no se atrevían a probar algo nuevo. “Llevar un aroma al mundo digital no es posible hasta ahora, así que lo que hicimos fue reemplazar esta parte olfativa por experiencias y asociación de sentimientos dentro del metaverso. Creamos una especie de mundo en el que el usuario puede recorrer distintos caminos, según sus preferencias. Así, dependiendo de las respuestas a preguntas claves, entendemos su personalidad y, como asociamos olores a sentimientos, podemos deducir cuál le gustará más. Al final de la experiencia, se da una recomendación de fragancia al usuario según el camino que eligió”, explica la experta. Así, el usuario acaba el juego inmersivo con un aroma recomendado que encuentra en los catálogos de Cyzone. Si se da la compra, ingresa a un sistema de puntos digitales que puede cambiar por productos físicos de la marca, además de recibir pruebas gratuitas de fragancias según sus elecciones en la experiencia inmersiva.

Un vistazo a la propuesta inmersiva que creó Stephanie Wong junto a un equipo de cuatro expertos, para la marca Cyzone. El juego virtual busca maneras de reemplazar la parte olfativa por experiencias y asociación de sentimientos dentro del metaverso; para guíar al usuario hacia su aroma perfecto. (Imagen: Equipo Metascentess (Perú) - ganador del segundo puesto de la Hackathon Global).
Un vistazo a la propuesta inmersiva que creó Stephanie Wong junto a un equipo de cuatro expertos, para la marca Cyzone. El juego virtual busca maneras de reemplazar la parte olfativa por experiencias y asociación de sentimientos dentro del metaverso; para guíar al usuario hacia su aroma perfecto. (Imagen: Equipo Metascentess (Perú) - ganador del segundo puesto de la Hackathon Global).

Uno de los grandes retos al que se enfrentan las empresas en el metaverso, específicamente en el rubro de la belleza, es justamente el de crear una experiencia sencilla y cautivadora para el usuario. Debe ser intuitiva, fácil de llevar a cabo, y por sobre toda las cosas, novedosa. No se trata de reemplazar la experiencia física del usuario con la marca, sino de potenciarla. “En el metaverso no puedes probarte un labial u oler un perfume, pero eso ya existe en el mundo real. Se trata de hacer lo que no es factible en la realidad, ya sea por las distancias u otras dificultades. Esto recién está empezando, mientras más investiguemos sobre el tema, saldrán nuevas oportunidades de interacción con el consumidor. Lo cierto es que el futuro será virtual o no será, es un hecho”, agrega Margarita.

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