Ni grandes proyectos de ley en curso ni reformas en preparación. A la mayor fuerza opositora del Congreso eso no parece quitarle el sueño. (Foto: USI)
Ni grandes proyectos de ley en curso ni reformas en preparación. A la mayor fuerza opositora del Congreso eso no parece quitarle el sueño. (Foto: USI)
Juan Carlos Tafur

Se discute con intensidad y frecuencia la serie de errores cometidos por el Gobierno para explicar su desplome en las encuestas y la crisis política por la que transita. El mal momento subsiste más allá de la temporal luna de miel de la que hoy disfruta el régimen a partir de la conformación del gabinete Aráoz.

Lo que no se hace mucho es debatir sobre el papel de la oposición, sobre el rol que desempeñan quienes no solo están llamados a fiscalizar al gobierno de turno, sino a la vez erigirse como alternativa política a futuro.En una democracia sólida, el eventual desgaste del oficialismo debiera conducir al paulatino mejoramiento de la oposición en el imaginario de la opinión pública.
Ello, sin embargo, está muy lejos de ocurrir. La oposición en el Perú arrastra el mismo desgaste que el Gobierno y sus principales líderes no parecen andar en racha respecto del veleidoso sentir de la opinión pública.

Congreso en caída
Según la última encuesta de Ipsos, mientras que el 24% aprueba la gestión del Gobierno, apenas un 25% lo hace respecto del Congreso, el bastión político de la oposición. Y viene cayendo. GFK ratifica que los niveles de aprobación de los líderes de la oposición, lejos de crecer conforme el régimen se desgasta, también disminuyen: Keiko cae de 39 a 38%; Kenji Fujimori, de 33 a 32%; Julio Guzmán, de 31 a 28%; Verónika Mendoza, de 26 a 23%; Alfredo Barnechea, de 25 a 22%; César Acuña se mantiene en 17%; Gregorio Santos cae de 15 a 11%; Marco Arana se mantiene en 10% y Alan García cae de 10 a 7%.
GFK advierte puntualmente que la aprobación del Congreso es del 19% (exactamente igual que la del gabinete ministerial, mientras que PPK está en 22%), pero en abril estaba en 25% y en noviembre del año pasado en 28%.

Los grandes hitos del actual Congreso son las censuras a ministros, el retiro de la confianza al ministro Thorne y del gabinete Zavala –lo que provocó su salida–, las interpelaciones y las altisonantes sesiones de comisiones en las que se maltrata a autoridades del Gobierno. Superan mediáticamente a la ocurrencia de actos amigables como la confianza inicial al gabinete Zavala o la aprobación del pedido de facultades delegadas.Según la propia GFK, el 50% de los encuestados estima que la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo es conflictiva y un 56% considera que está siendo obstruccionista.

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