EN LA POSTAL, UNA CEREMONIA OFICIADA POR VEN. SENPO OSHIRO EN EL TEMPO TAIHEIZAN JIONJI, UBICADO EN CAÑETE. (Foto: Soto Zen 120)
EN LA POSTAL, UNA CEREMONIA OFICIADA POR VEN. SENPO OSHIRO EN EL TEMPO TAIHEIZAN JIONJI, UBICADO EN CAÑETE. (Foto: Soto Zen 120)
/ Freddy Onaja
Celeste Pérez

“El budismo zen llegó al Perú no como una moda intelectual. Mucho menos, como algo exótico o una tendencia ‘new age’. El llegó para acompañar. Para brindar sostenimiento a los inmigrantes japoneses frente a su esfuerzo, sacrificio y labor en los campos. Para aliviar su carga durante el sufrimiento que podrían pasar en las haciendas”, sentencia el venerable Senpo Oshiro, mientras rememora la esencia de la llegada al Perú del budismo Soto Zen.

MIRA TAMBIÉN: El Israelita: la historia detrás de un viaje que duró cuatro días y 40 horas en bus para alentar a la selección

Esta rama del budismo, que se diferencia de las demás por su espíritu en la meditación silenciosa (de la expresión ‘shikantaza’, que significa simplemente sentarse), cumplió 120 años en el país hace unos días, como una asociación sin fines de lucro cultural, religiosa y asistencial. La misión se destaca como la primera en toda América del Sur del budismo zen, que ya se encuentra presente en otros países del continente como Argentina, Brasil, Colombia y Paraguay.

COMO PARTE DE LAS ACTIVIDADES DE ANIVERSARIO, LA COMUNIDAD SOTO ZEN LLEVÓ A CABO ROMERÍAS EN LOS CEMENTERIOS JAPONESES DEL NORTE CHICO. (Foto: Soto Zen 120)
COMO PARTE DE LAS ACTIVIDADES DE ANIVERSARIO, LA COMUNIDAD SOTO ZEN LLEVÓ A CABO ROMERÍAS EN LOS CEMENTERIOS JAPONESES DEL NORTE CHICO. (Foto: Soto Zen 120)
/ Freddy Onaja

La comunidad zen en el Perú realiza prácticas de meditación y además transmite las enseñanzas budistas y apoya a las familias nikkei. “También, desarrollamos actividades ceremoniales, sociales e interreligiosas”, explica Oshiro. De hecho, y gracias a las donaciones de un grupo de inmigrantes japoneses y con mucha perseverancia, en 1907 el budismo Soto Zen fundó el primer templo Nanzenji en América del Sur, ubicado en la provincia de Cañete. Al año siguiente, lograron establecer también el primer colegio japonés de la región, bautizado como escuela Santa Bárbara.

Primer acercamiento

El 29 de julio de 1903 arribó al puerto del Callao la embarcación Duke of White. A bordo, llegaba el segundo contingente de inmigran - tes japoneses que venían a trabajar al Perú en campos de caña de azúcar y algodón. Con ellos, llegó también el primer monje Soto Zen: el venerable Taian Ueno (presente en la fotografía del folleto en esta postal), como soporte espiritual y gran apoyo de los inmigrantes. 

Primer acercamiento

-VERDADERO PROPÓSITO-

Las actividades de la comunidad budista Soto Zen están abiertas a la comunidad nikkei, practicantes zen e interesados en general. Cada mes, el grupo inaugura clases de principiantes para aquellos que quieren conocer más de esta rama del budismo y, sobre todo, de la meditación.

El urabon-e es una ceremonia que se celebra en agosto y recuerda a los antepasados fallecidos. En la foto, un altar tradicional. (Foto: Soto Zen 120)
El urabon-e es una ceremonia que se celebra en agosto y recuerda a los antepasados fallecidos. En la foto, un altar tradicional. (Foto: Soto Zen 120)
/ Freddy Onaja

Sobre los frutos de esta práctica, V. Senpo Oshiro subraya la importancia de tener en claro este mensaje: “No hay que enfocarse en los beneficios. Eso hace que la práctica pierda sentido. El zen es justamente eso: ir más allá de la pérdida o la ganancia”. Para quienes aún no saben si animarse a formar parte, Oshiro les recuerda: “El camino empieza desde el interés y la curiosidad. Lo importante es atreverse a dar el primer paso”.

Los informes están disponibles a través de la página www.sotozenperu.com, y también puede enviar sus consultas a través del e-mail soto. Lo siguiente es tomar acción hacia el cambio. //

Contenido Sugerido

Contenido GEC