Oscar García

Parece que ha pasado toda una vida desde que se anunció que el delantero argentino dejaría Europa para aterrizar en el fútbol estadounidense, en una jugada deportiva y comercial que ni sus leales admiradores ni sus peores rivales anticipaban. Esta sensación de ‘toda una vida’ se debe, sobre todo, a los ríos de tinta que ha generado tan sorprendente fichaje; pero en realidad han transcurrido apenas tres meses y poco más durante los cuales la revolución que ha causado en la afición de ese país apenas comienza a dimensionarse de manera adecuada. Messi, considerado el mejor jugador del mundo, el hombre que levantó la copa en el pasado Mundial de Qatar, eligió abandonar el Paris Saint-Germain y toda la presión de la competitiva Liga Europea para mudarse a Miami, no con el propósito de tomar unas vacaciones, sino con la intención de prolongar su carrera deportiva en un entorno más amable y por el tiempo que le quede por delante.

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Sonaba a retiro prematuro, pero había mucho más pan por rebanar que el cálculo deportivo. En su momento, fue ampliamente comentada la llegada del ‘rey’ Pelé a Estados Unidos. En la etapa final de su destacada carrera, el brasileño se unió al Cosmos de Nueva York en 1975, lo que generó una ola de entusiasmo por este deporte en un país donde muchas personas no comprenden cómo se pueden usar los pies en lugar de las manos para anotar goles. Sin embargo, para los sectores conservadores siempre temerosos del cambio, el creciente interés del público estadounidense solo podía interpretarse como una ‘señal de decadencia moral de la nación’, como alguna vez señaló la comentarista Ann Coulter. En su opinión, si el fútbol ‘no americano’ comenzaba a ganar popularidad en Estados Unidos, solo podía atribuirse a una supuesta inmigración descontrolada.

Edson Arantes Do Nascimento, Pelé, con su camiseta del Cosmos de Nueva York. Imagen de archivo | Pelé en New York Cosmos. | Foto: Once in a lifetime
Edson Arantes Do Nascimento, Pelé, con su camiseta del Cosmos de Nueva York. Imagen de archivo | Pelé en New York Cosmos. | Foto: Once in a lifetime

Tonterías aparte, otro acontecimiento destacado en la historia del fútbol en ese país fue la llegada de David Beckham en 2007 al fútbol de Los Ángeles. La estrella británica venía de uno de los clubes más importantes del mundo, el Real Madrid, lo que hacía que este traspaso fuera aún más sorprendente. Fue precisamente Beckham quien desempeñó un papel fundamental en la introducción de Messi en el fútbol estadounidense este año, como dueño del Inter de Miami, el equipo que fichó al campeón, además de otras estrellas como los españoles Sergio Busquets y Jordi Alba, quienes anteriormente jugaron con Messi en el Barcelona y, hoy por hoy, acompañan al argentino en su aventura.

El periodista peruano Julio Llerena, afincado en Miami desde hace dos décadas, ha sido testigo de cómo Messi ha empezado a cambiar el fútbol de ese país. ‘Lo interesante es que el mejor jugador del mundo llegó a un equipo que hasta hace poco era horrible, con jugadores muy malos, que cometían errores infantiles propios de gente que no sabe jugar al fútbol. Entonces, llega Messi y de pronto empiezan a ganar y ganar. Ves a otros jugadores del Inter, como Callender, Robert Taylor, que antes no eran para nada vistosos a la hora de jugar, y ahora son unas estrellas en la cancha. Ese es el efecto Messi’, apunta el peruano.

La cerveza oficial del Inter Miami, tipo golden ale, con la imagen de Messi
La cerveza oficial del Inter Miami, tipo golden ale, con la imagen de Messi

La llegada de Messi ha trastornado la ciudad a extremos que siguen sorprendiendo a nuestro compatriota. Hasta los avistamientos del argentino y familia comprando cereales en el supermercado causan conmoción y generan titulares. ‘La hinchada también está cambiando. Como peruano, hincha del Cristal, me gusta la experiencia catártica del estadio. Pero eso no pasaba en Estados Unidos. Son muy civilizados aquí. No gritan, no alientan a su equipo, no revientan un cohete. Creo que lo más transgresor que tienen son unas manos de tecnopor que las chocan entre sí. Ahora sí ves barras, ves cánticos. Ves niños en las calles con la camiseta rosada. Se está poniendo más futbolera la ciudad’.

UN NEGOCIO REDONDO

Decíamos hace un rato que la llegada de Lionel trascendía lo deportivo y dejaba mucho pan por cortar sobre la mesa. Y ese pan no es otra cosa que dinero. Así lo explica David Ruiz Sessarego, director de Inyogo, empresa peruana de marketing deportivo con siete años en el mercado. ‘En el Barcelona, se dice que ganaba aproximadamente 100 millones de dólares al año, entre salarios y bonos. En el PSG, se dice que en las últimas dos temporadas ha ganado 70 millones de dólares al año. Ahora habría habido más dinero en juego, además de participación de acciones en el club, una parte de las suscripciones por Apple TV, el merchandising, etc. Messi está viéndose más como un empresario’, apunta.

Maximiliano Bagnasco, autor del mural gigante de Messi. (Foto: EFE)
Maximiliano Bagnasco, autor del mural gigante de Messi. (Foto: EFE)

Un reciente documental de Apple TV, “Messi en Estados Unidos”, ofrece todos los pormenores del pase de Messi, la jugada del siglo, desde las primeras negociaciones de Beckham por traer al argentino al Inter Miami hasta la firma del contrato y la posterior “Messimanía”. Era un sueño loco que tomó años de trabajo previo, antes si quiera de llamar a Lionel. Era un experimento que se volvió exitoso. La cantidad de productos asociados a Messi que se venden son legión. Y el dinero que se mueve es espectacular. ‘Un mes antes de la llegada de Messi, la cifra de nuevos suscriptores mensuales a Apple TV (el servicio de streaming que tiene la exclusiva de sus partidos) era de 30 mil nuevos usuarios. El mes que llegó Messi pasó a 288 mil nuevos registros. Los seguidores del club en Instagram saltaron de 3 millones a 15 millones. Y el valor de las entradas se multiplicó en un 200%’, anota Ruiz. El ídolo argentino estaría levantando dinero a manos llenas. Y todo sin perder su estatus como el mejor del mundo.”

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