The Beatles llegaban tras un 1967 para el recuerdo en el que habían publicado "Sgt. Pepper's", una cumbre irrepetible del pop y un brillante testimonio de su visionaria ambición en el estudio. (Foto: AFP)
The Beatles llegaban tras un 1967 para el recuerdo en el que habían publicado "Sgt. Pepper's", una cumbre irrepetible del pop y un brillante testimonio de su visionaria ambición en el estudio. (Foto: AFP)
Pedro Suárez Vértiz

Hace 50 años se lanzó al mercado Este noveno disco de la banda inglesa demostró que es posible mantener la inspiración aun después de una obra maestra como el disco anterior, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. El Álbum blanco –en realidad un apodo, debido a que nunca tuvo título– son dos discos con canciones genéricamente muy distintas, como Back in the U.S.S.R., Ob-La-Di, Ob-La-Da, Dear Prudence o Blackbird en el primer disco. Pero también extremismos musicales en el segundo, como el nunca antes oído rock pesado de Helter Skelter o el caótico collage de Revolution 9.

Este álbum doble revela como ningún otro un panorama de 360 grados de la realidad del grupo. Prácticamente es un disco de canciones solistas de cada Beatle. Tanto así que el menos compositor de todos, Ringo Starr, descubrió que no tenía nada que hacer ahí, pues todos estaban abocados en sus propias canciones, y renunció a la banda. Lo peor es que los Beatles restantes ni siquiera lo percibieron. Cuando lo notaron, en vez de preocuparse, Paul, George y John empezaron a grabar ellos mismos las baterías. Luego reaccionaron y buscaron a Ringo para llevarlo al estudio y darle una conmovedora petición de regreso: habían enterrado su batería en una montaña de rosas.

Hasta Eric Clapton se impresionó cuando nadie se interpuso al punteo de guitarra que tocó en la canción While My Guitar Gently Weeps, de su amigo George Harrison. La verdad es que no fue benevolencia, sino que a nadie le importó. Hasta el productor George Martin se fue de vacaciones en plena grabación y el ingeniero Geoff Emerick renunció, pues todos grababan por separado sus canciones en distintas salas y a la vez.

Los demos de este álbum fueron grabados en el bungalow de George Harrison en Esher, Inglaterra. El reconocido columnista de la revista Rolling Stone Rob Sheffield cuenta: “En Esher se divierten. Fue un momento de calidez jovial e íntima. Por última vez, puedes escuchar que aún están enamorados de ser los Beatles”.

La gran mayoría de las canciones de los ‘Esher Demos’ acabarían en el Álbum blanco. Los Beatles venían de un retiro en India, donde solo llevaron guitarras acústicas y no consumieron drogas, por lo que el nuevo repertorio fue compuesto ‘lúcidamente’. Pero luego plasmar todo en el estudio conllevaría tiempos vertiginosos para los Beatles y la antesala a su separación, dos años después.

John se divorció de su esposa, Cynthia, y empezó su extravagante vida amorosa con Yoko Ono. El 30 de mayo, el primer día de las sesiones del Álbum blanco, los otros tres Beatles se sorprendieron al ver a Yoko en la sala de control de Abbey Road, al lado de John permanentemente. Ni qué decir de cuando Yoko, agripada, llevó su cama al estudio porque John y ella ‘eran uno’, y desde la cama daba opiniones con la misma jerarquía del productor George Martin. De ahí en adelante, solo tenían acceso a John a través de ella. Esto tensionó todo. Con Yoko, el capital del grupo –la relación de John y Paul– dejó de existir.

Conmemorando este histórico disco, este 9 de noviembre se lanzará una reedición de lujo. La remasterización partió de las cintas originales a cargo del hijo de George Martin, Giles. La reedición tendrá varias versiones: una de dos vinilos; otra de lujo, de cuatro vinilos. Una edición deluxe de tres CD, con póster y los ‘Esher Demos’. Y finalmente una super deluxe de siete CD de los cuales dos son los discos originales; otro, los ‘Esher Demos’; tres discos con 50 tomas de las sesiones de estudio; un Blu-ray : 5,1, el póster, un libro de tapa dura de 168 páginas y cuatro retratos de cada Beatle.

es tan ecléctico que en el lado D, entre las canciones Cry Baby Cry y Revolution 9, hay un tema no acreditado conocido como Can’t You Take Me Back, de ritmo tribal y casi folclórico.
El productor George Martin siempre dijo que de haber sido un solo disco habría sido algo supremo e inimitable. Puede ser. Pero nos habríamos privado del más amplio espectro musical jamás grabado por algún artista. //

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