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Josefina Miró Quesada

El domingo 7 de julio se cumplió un año de la difusión de los CNM audios que demostraron que la corrupción seguía enraizada en los más altos niveles del sistema de justicia. Los protagonistas de este escándalo están siendo investigados como presuntos miembros de la red criminal 'Los Cuellos Blancos del Puerto'.

El nombre 'Cuellos Blancos del Puerto' fue elegido por la condición de presuntos miembros de la organización criminal que la integran, funcionarios y servidores públicos del Estado. El listado de ‘hermanitos’ procesados incluye empresarios, jueces superiores y supremos, fiscales supremos, altos funcionarios como ex y más. La referencia al ‘puerto’ viene determinada por la dirigencia de la presunta organización: el ex juez superior del Callao, .

El término ‘delitos de cuello blanco’ fue acuñado por Edwin H. Sutherland, criminólogo estadounidense, en su libro titulado con el mismo nombre en inglés, “White Collar Crime: The Uncut Version”, publicado por primera vez en 1949.

El autor partía del diagnóstico de que las investigaciones publicadas entonces para explicar el delito usualmente vinculaban esta transgresión con la pobreza.

La estadística daba cuenta que la mayoría de la actividad criminal estaba concentrada en los sectores más pobres de la sociedad; pero no incluían las infracciones a la ley cometidas por sectores socioeconómicos altos, específicamente por parte de empresas.

Así, el concepto ‘delincuencia de cuello blanco’ es utilizado por Sutherland para referirse a los ilícitos cometidos por quienes tienen una alta respetabilidad, prestigio y estatus social. “Este concepto no pretende ser definitivo, sino simplemente llamar la atención sobre los crímenes que no están ordinariamente incluidos dentro del ámbito de la criminología”, sostuvo.

La hipótesis del autor para explicar esta conducta delictiva reside en la ‘asociación diferencial’. Esto quiere decir que las prácticas ilícitas se aprenden en asociación con grupos que aprueban o toleran el comportamiento, aislándose de quienes podrían criticar o verlo como una conducta desfavorable. Si pesan más las opiniones favorables que las desfavorables, la conducta ilícita se cometerá.

Sutherland, además, decía que, si bien es probable que estas personas hayan sido criadas en un entorno honesto, en el campo donde se desempeñan profesionalmente (originalmente, los negocios), este valor pierde peso. Desde otra perspectiva, el delito –no solo el de cuello blanco- también se explica por la desorganización social. Según el autor, se manifiesta sea por la falta de valores –anomia- o el conflicto de valores dentro de una sociedad.

Una fuente de la PNP sostuvo a este Diario, asimismo, que el nombre fue elegido en la fiscalía, a raíz de una investigación similar: una red de corrupción enquistada en la Corte Suprema de Colombia, bautizados como “El Cartel de la Toga”.