"Estoy tratando de no adjetivar, de no llegar al insulto"
"Estoy tratando de no adjetivar, de no llegar al insulto"
Gerardo Caballero

El presidente de la Comisión de Fiscalización del Congreso, , pide que no lo prejuzguen. Asegura que, a pesar de su estilo controversial, en ese cargo hará investigaciones con objetividad e imparcialidad.

— Pero, además de haber mayoría fujimorista, usted, como presidente, hace la agenda, convoca invitados, elabora los preinformes.
¿Pero los demás integrantes de Fuerza Popular han adelantado opinión? Ahí no encuadra tu pregunta. Acá nosotros somos mayoría, y somos mayoría por decisión democrática del país. Que yo haya adelantado opinión, no implica que no pueda presidir una comisión. ¿Dónde dice que yo no puedo presidir una comisión porque haya adelantado opinión?

— Se cree que esa tendencia suya a entrar al puyazo no es compatible con la de un investigador serio que debería estar al frente de la Comisión de Fiscalización. Como cuando publicó una foto trucada de Verónika Mendoza.
Voy a rechazar esa aseveración de que no soy un investigador serio. Yo he pertenecido a la megacomisión y a la Comisión Orellana, y no hay ningún tipo de cuestionamiento a mi trabajo. Actualmente soy presidente de una comisión que está haciendo investigaciones importantes. Pido que no me prejuzguen en ese tema. Al cabo del año, que termina la presidencia, ahí me juzgarán por mis actos. Y estoy completamente seguro de que va a haber muchas sorpresas. Voy a hacer estas investigaciones con total objetividad, imparcialidad y guardando el debido proceso.

— ¿Considera que ha llegado el momento de cambiar ese estilo peliagudo?
Si tú has podido darte cuenta, en esta nueva etapa congresal, en mis entrevistas o en la forma como estamos actuando, estoy tratando dentro de mi perfil político de no adjetivar, de no llegar al insulto, de tener una imagen menos confrontacional.

— ¿Aún piensa que quienes marchan contra Keiko Fujimori son “caviares, primos de los terroristas”?
No, yo creo que no todos los caviares son pro terroristas. Los caviares son personas que lamentablemente tienen siempre un sesgo muy grande contra el fujimorismo, pero es su forma de actuar, y en democracia hay que aceptar a todos.

— Luego de la primera vuelta, usted dijo que el Perú no había votado por consensos, sino por una mayoría sólida.
Eso no es cierto. Lo que dije es que el pueblo democráticamente había puesto una mayoría en el Congreso, y que había que consensuar con los grupos de minoría. Y tan es así que eso es lo que actualmente estamos viendo. A pesar de que la mayoría de medios de comunicación tienen un sesgo contra el fujimorismo y salieron a decir que íbamos a ser una bancada obsutruccionistas y que no íbamos a dar las facultades, estamos demostrando que no estamos haciendo valer el peso de los votos, sino el peso de la razón. El Perú tiene que agradecernos porque, si bien es cierto que condicionamos el voto de confianza, ello obligó a que el primer ministro nos diga la realidad de cómo dejó el país el gobierno de Ollanta Humala.

— ¿Y eso el Perú tiene que agradecerlo?
El país tiene que ver que nosotros hemos actuado responsablemente. Lo irresponsable era no poner ninguna condición y darle simplemente el voto de investidura. Antes no había esta práctica democrática de que el Ejecutivo venga a consensuar con el Legislativo. Lamentablemente, los congresos anteriores se habían convertido en apéndices del Ejecutivo. No había lo que ahora hay. Y no van a decir que no tenemos que sentirnos orgullosos todos los congresistas porque hay esta práctica democrática.

— Tendrá que reconocer que el Congreso como apéndice del Ejecutivo es una práctica que viene desde el gobierno de Fujimori.
 Seguramente, de muchos gobiernos en toda la historia del país. Pero yo hablo del momento actual… Y eso yo también critico a los medios de comunicación y a algunos analistas políticos: viven anclados, congelados, en el tiempo. Eso les impide ver lo que está pasando en el país. De lo pasado se ha hablado veintitantos años. Ha llegado el momento de mirar el futuro con fe y optimismo.

— Perdón, congresista, pero el fujimorimo, a su modo, también hace lo mismo: Pide memoria —lo que no está mal— para recordar lo que fue el terrorismo.
Eso no es cierto. Nosotros no vivimos anclados en el pasado. Pero sí creo que, cuando por descuido –por decir lo menos– de un alcalde, del servicio de inteligencia, que demostró que está por gusto, se permite que se haga un mausoleo para los terroristas, eso es un insulto muy grande a todo el país. En torno al terrorismo, se tiene que cambiar la malla curricular en primaria y secundaria. Y yo creo que ese odio que hay al fujimorismo ha impedido que en las escuelas se pueda estudiar el terrorismo. Es lamentable que haya jóvenes que no sepan quién es Abimael Guzmán. Creo que ha llegado el momento de que se cambie el tema curricular. 

— Pero cuando usted dice que los que marchan contra Keiko son caviares primos de los terroristas, ¿no hay odio en sus palabras?
No, desde mi punto de vista, yo no odio a nadie. Yo no tengo resentimiento, ni odios contra nadie. Quienes viven odiando, y un gran sector del periodismo y columnistas [lo hacen], ven todo lo que puede ser cuestionable; y si no hay, lo inventan. El periodista tiene que ser serio, tiene que ser objetivo, hay un sesgo bastante grande. Ojalá que eso desaparezca.

— Cuando inició estas riñas con Urresti, él le puso el apelativo ‘imbecerril’: ¿Le molesta el sobrenombre?
Cuando te metes en política, te vuelves un hombre público. A unos les gustas a otros no. Si alguien cree que poniéndome ese apelativo me afecta, no [me afecta], porque sé perfectamente quién soy, a dónde voy y qué estoy haciendo por el país Para tener un Twitter, y ponerte a tuitear, tienes que tener correa. Hay insultos de todo tipo y mucho más fuertes que eso. Yo trato de no bloquear a nadie, salvo que sea un insulto muy grande. Entiendo que en el juego democrático algunos se extralimitan, otros no, pero yo soy tolerante.

— ¿No cree que esta dinámica ha acabado degradando la política peruana?
La política peruana es también una muestra en si del país. En el Congreso está representado todo el país. La política ha ido degradándose, sí. Pero más que por un insulto, por temas de corrupción. La corrupción es lo que más daña a la política en el país. Es lamentable la corrupción que hay en el Ministerio Público y el Poder Judicial. La corrupción se ha vuelto una pandemia, y la impunidad hace que el peruano rechace cada vez más la política.

— ¿Cree que ahora hay más corrupción en el aparato estatal que en los 90?
Yo creo que sí. Y no hablo de este gobierno, sino del de Ollanta Humala. Ha sido un gobierno donde lamentablemente todas las compras importantes están cuestionadas. El satélite, los patrulleros, los megaproyectos: no hay nada en ese gobierno que esté limpio de polvo y paja.

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