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Credenciales
Paolo Benza

se enfrentó ayer a los miembros de un por primera vez en cinco meses. Y lo hizo por voluntad propia. Desde el 2000, ningún otro presidente en ejercicio se había presentado a la entrega de credenciales de los futuros parlamentarios. Él decidió hacerlo.

Se trata de un gesto que denota un vínculo singular con los nuevos congresistas. Ellos, a fin de cuentas, son hijos de la decisión que tomó el 30 de setiembre del año pasado, cuando disolvió a sus predecesores. “Que sea finalmente el pueblo el que defina a quién le da la razón, si a la mayoría parlamentaria que hoy he disuelto y se ha opuesto al Ejecutivo, o al Ejecutivo eligiendo una nueva mayoría”, dijo aquella vez. Y ayer, finalmente, cerró ese capítulo de disolución.

Pero si bien Vizcarra no tuvo que enfrentar tantos rostros hostiles como antes, la ceremonia no estuvo exenta de contingencias políticas. Una se materializó. Martha Chávez, congresista electa por Fuerza Popular y experimentada dirigente fujimorista, se negó a tomarse una foto con él y fue directamente a firmar el acta de resultados.

“Fotito no me voy a tomar [...]. No necesito tomarme una foto con él, por favor [...]. Le dije que lo estaban esperando en el sur”, explicó terminada la ceremonia, en referencia a los huaicos e inundaciones que en los últimos días hubo en esa zona del país. Cuando Chávez estuvo en el escenario, le dio la mano al presidente, pero se negó a ponerse a su lado. Esto pese a la invitación del titular del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Víctor Ticona. A Martín Vizcarra no le quedó más que sonreír para disipar la incomodidad.

En cambio, una contingencia que no se materializó fue la del excontralor Edgar Alarcón, congresista electo por Unión por el Perú (UPP). Casi tres años han pasado desde el audio que Alarcón grabó en una reunión en la que estaba Vizcarra cuando era ministro de Transportes. El objetivo de la grabación fue denunciar supuestas presiones de Vizcarra a la contraloría por el aeropuerto de Chinchero.

“Lo ideal sería que diga: ‘Hemos revisado todo y está todo bien’”, se le escuchaba decir al hoy presidente. Para entonces, ya había renunciado al MTC tras la fallida adenda del aeropuerto, pero no dejó de ser un golpe político. “No se condicionó absolutamente nada” fue su respuesta.

Ayer tuvieron que darse la mano de nuevo y frente a las cámaras. Ambos se miraron como lo hacen dos personas con una historia que las entrelaza, pero el apretón fue sobrio y protocolar. Alarcón posó y le hizo una venia de despedida. Vizcarra respondió el gesto.

Actualmente, el aeropuerto de Chinchero tiene un convenio gobierno a gobierno con Corea del Sur para su construcción como obra pública. La primera etapa, el movimiento de tierras, ya ha concluido. Y más allá de la lucha contra la corrupción, es uno de los proyectos priorizados por el gobierno de Vizcarra. El Congreso, donde Alarcón estará sentado, podría optar por investigar nuevamente el caso.

Bancadas frescas

La ceremonia de entrega de credenciales comenzó con media hora de retraso. Cuando se anunciaron las palabras de apertura de Ticona, alrededor de las 10:30 de la mañana, todas las sillas dispuestas en el Centro de Convenciones de Lima estaban ocupadas.

El recinto es una obra de más de S/500 millones que ganó, durante el gobierno de Ollanta Humala, la constructora brasileña OAS. El proceso de adjudicación, sin embargo, se dio en menos de cuatro meses y con presuntos pagos ilícitos, según los testimonios de colaboradores eficaces revelados por El Comercio. Ticona ha sido vinculado a la trama de corrupción de Los Cuellos Blancos del Puerto. El año pasado, este Diario reveló cinco audios suyos en un presunto intercambio de favores con el exjuez supremo César Hinostroza.

Con este telón de fondo empezó el evento. Lo primero fue la firma del acta de resultados. El documento pasó por los miembros del pleno del JNE y por representantes designados por cada partido. Todos los que estamparon su firma en ese momento fueron hombres. Luego empezó el llamado por orden alfabético. Uno a uno, 128 nuevos parlamentarios subieron al escenario, según el JNE. Solo faltaron a la ceremonia los fujimoristas Edward Zárate y Diethell Columbus.

Pero la expectativa mediática estaba puesta en el final: en la U de Daniel Urresti. El congresista más votado el 26 de enero había ingresado al recinto con un inusual perfil bajo. Sin hacer mucho ruido, había encontrado su silla detrás de Francisco Sagasti, vocero de la bancada del Partido Morado, y había intercalado su atención entre la ceremonia y el celular. Pero eso se terminó cuando le tocó subir al escenario.

Con sus más de 580.000 votos a cuestas, se tomó mucho más tiempo que el resto de sus colegas para saludar a las autoridades. Especialmente a Vizcarra, con quien se quedó hablando hasta que el auditorio comenzó a pifiarlo.

A su salida, atendió a los periodistas. Aseguró –entre otros– que pedirá que se le levante la inmunidad para enfrentar un nuevo juicio por el asesinato de Hugo Bustíos. También que su bancada (de la cual ha dicho varias veces que responde solo a él) se abstendrá en temas que pudieran beneficiar a Telesup, universidad de los fundadores de Podemos Perú.

A cada respuesta que daba, Urresti avanzaba cinco pasos, como queriendo escapar de las cámaras. Pero nuevamente volvía a responder. La participación de su bancada –continuó– se centrará en seguridad ciudadana. Para ese momento, su cuerpo de seguridad había comenzado a impacientarse.

Otros que también aprovecharon para declarar fueron los congresistas del Frepap. Por primera vez, luego de que una directiva interna los conminara al silencio durante un mes, las voceras María Teresa Céspedes y María Cristina Retamozo atendieron a la prensa. Y demostraron que el aislamiento había sido productivo.

Céspedes –quien lidera de forma marcada la vocería– respondió sobre temas de género con una solvencia alejada de las declaraciones de su colega Wilmer Callyahua en enero, sobre que los homosexuales “tienen el mal enquistado en la sangre”.

Aunque el sol pegaba con fuerza, la comitiva israelita decidió caminar hasta la estación La Cultura del tren eléctrico mientras Céspedes atendía a los periodistas. Indicó, por ejemplo, que su partido se apega a la Constitución y que esta dice que el matrimonio es entre hombres y mujeres. Pero agregó que respeta a las parejas del mismo sexo.

“[Las mujeres] no estamos relegadas en el Frepap. Somos dos voceras, hemos tenido una presidenta de la organización mujer”, afirmó, cansada de que esa pregunta se la hicieron tres veces.

Al llegar a la estación, los israelitas hicieron una pausa. ¿Tomarían el tren? Optaron por irse en varios taxis. Se dirigían al local que el partido tiene en Surco. Para entonces, las cámaras ya los habían abandonado.

Al mismo tiempo, en el centro de convenciones Urresti lanzaba una broma sobre el físico de Martha Chávez. Una de esas que no deberían dar risa. Un militante israelita, entonces, empezó a embarcar los taxis. Al primero subieron Céspedes, Retamozo y una mujer más. La puerta delantera estaba trancada, así que tuvieron que apiñarse en el asiento de atrás. En medio del bochorno, se despidieron con una sonrisa.

Los pendientes del nuevo Congreso

Una vez que se instalen los 130 parlamentarios nuevos, uno de los pendientes que deberán atender es la carga legislativa –proyectos de ley y dictámenes– dejada por el Congreso disuelto. Sin embargo, especialistas indicaron que la revisión de estas iniciativas dependerá de la voluntad de los legisladores.

Dado que no será un Congreso con 5 años de funciones, los proyectos de ley pueden ser retomados, pues no se archivan automáticamente. Pero para el abogado constitucionalista José Naupari, las iniciativas legales sin dictamen tendrán que ser archivadas si fueron presentadas por parlamentarios disueltos.

El nuevo Congreso también tendrá que seguir con los debates sobre las reformas electoral y política que no concluyeron o fueron replanteados.

Finalmente, los parlamentarios deberán revisar los decretos de urgencia emitidos por el Ejecutivo, así como elegir a los nuevos miembros del Tribunal Constitucional y evaluar la renuncia de Mercedes Araoz a la vicepresidencia de la República.

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