Mathías Panizo Arana

Cerca de 465 mil de piuranos quedaron damnificados o afectados por el del 2017. En los casi tres meses de emergencia de esta región, hubo una fecha que marcó la pesadilla. En la madrugada del 27 marzo, el río Piura se desbordó sobre las calles y avenidas de los distritos de Piura, Castilla, Cucungará y Catacaos. Aquel día, el afluente norteño llegó a su caudal máximo: 3.800 metros cúbicos por segundo.

La población de -diez kilómetros al sur de la ciudad de - fue una de las comunidades más afectadas tras el desborde del río. Sembríos y zonas de agricultura fueron destruidos por completo, mientras la ciudad se inundó en su mayoría, llegando hasta los 1.8 metros de altura. Los alcantarillados colapsaron, dejando una mezcla de lodo y desechos. Luego, fueron las enfermedades, como el dengue, que continuaron con la desdicha.

Así lo recordó Carlos Anastacio, gerente municipal de la comuna de Catacaos, quien conversó con El Comercio a pocos meses de afrontar las consecuencias de El Niño previsto para inicios del 2024. Según la última alerta de la , las magnitudes más probables de este evento son moderadas (52%) y fuerte (40%).

Lecciones aprendidas

Aquella vez fuimos uno de los distritos más afectados por el desborde del río. Parte de la población tuvo que salir a unos albergues temporales”, recordó Anastacio. “Hubo una crisis de los servicios básicos. El sistema de agua y el alcantarillado del distrito colapsó. Bueno, acá aún tenemos un sistema de agua y alcantarillado que es prácticamente obsoleto”, continuó el funcionario.

Asimismo, Anastacio enfatizó en el daño de las zonas agrícolas y en la afectación de los centros de salud. Los más de 75 mil habitantes del distrito se vieron afectados de una u otra manera. “Ese desborde del río nos obligó a prepararnos”, sostuvo el gerente municipal. “[Con la emergencia por lluvias a inicios de año] hemos identificado cerca de 43 puntos ciegos donde tuvimos que realizar acciones rápidas, pero que no fueron suficiente”, aceptó.

En el 2017 -según información del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred)- doce centros poblados se vieron afectados en Catacaos, once obras de infraestructura y tres tamos de carretera. Cuando el funcionario habló sobre lo sucedido a inicios de año -a causa del ciclón Yaku-, criticó que las autoridades no reconocieron todas las fichas de emergencia registradas por la autoridad local, revelando estas una situación menos crítica de lo que realmente se vivió y dando un apoyo menor al necesario.

Sí nos atendieron [el personal del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci)], pero solo una cantidad mínima. Nosotros hemos registrado mucha información [de la población damnificada], sin embargo, no recibimos todo lo que necesitábamos según lo que habíamos reportado”, contó el representante municipal. Anastacio criticó que la gestión anterior no realizó la compra de kits de ayuda humanitaria necesarios para cualquier contingencia.

Hoy, la Municipalidad ha adquirido cien ejemplares que ya se encuentran en sus almacenes. En adición, el gerente municipal reveló que -al llegar al puesto- “hemos encontrado maquinaria inoperativa. Solamente [se tenía] un cargador frontal, dos camiones cisterna, dos retroexcavadoras, pero eso no es suficiente para atender a toda la población”. Asimismo, indicó que se encontraron planes de contingencia y de proyectos de inversión desactualizados, por lo que se ha demorado la ejecución de algunos proyectos.

Contra el tiempo

Para Anastacio, no hay quien esté libre completamente de los daños que generará un próximo fenómeno de El Niño. De hecho, mientras conversaba con El Comercio en su oficina, confesó la triste la realidad del municipio. “A manera personal, yo creo que no estamos preparados para lo que se viene. Los pronósticos manifiestan que se viene un fenómeno muy fuerte. No estamos preparados, pero estamos haciendo todo lo posible”, sinceró. Según sus cálculos, el 40% de la población de Catacaos estaría en riesgo grave ante un próximo El Niño.

Si bien la Autoridad Nacional del Agua (ANA) se viene encargando de la descolmatación del río Piura, la Municipalidad Distrital de Catacaos ha ejecutado la limpieza de canales y drenes, así como realizar coordinaciones con la Municipalidad Provincial de Piura y el Gobierno Regional para rellenar los puntos críticos para evitar posibles inundaciones. Sin embargo, uno de los temas que más preocupa al gerente municipal son las redes de alcantarillado.

Catacaos - 2017
Así se vivió la llegada de las Fuerzas Armadas a la ciudad de Catacaos tras el desborde del río Piura en el fenómeno de El Niño del 2017. Fuente: Canal N.

Las tuberías ya tienen muchos años y deterioradas. Como están debilitadas, con una pequeña lluvia, colapsa. Ahí comienzan los malos olores. Pero cuando se viene una lluvia fuerte, colapsa por todos y eso conlleva una crisis sanitaria. Viene el tema de las enfermedades, la población no pueden estar en sus domicilios por los olores y hay daños a la salud para las personas vulnerables, que son los niños y ancianos”, explicó Anastacio.

El gerente municipal advirtió que el proyecto para el mejoramiento del sistema de agua y desagüe “lleva varios años, sin embargo, hubo algunos inconvenientes en los últimos años”. Explicó que fueron incongruencias entre el Ministerio de Vivienda -que administra el alcantarillado- y la EPS Grau -empresa que maneja el servicio de agua potable- la causa de los retrasos. Actualmente, se vienen actualizando los expedientes técnicos, con miras a iniciar las obras en febrero del 2024. “Muy difícil [que inicie] con El Niño que viene”, advirtió el funcionario.