Según los funcionarios a cargo de la gestión de las Líneas de Nasca, varias entidades privadas quieren invertir en la protección de este espacio pero no lo pueden hacer por falta de saneamiento. (Foto: Luis García Bendezú / El Comercio)
Según los funcionarios a cargo de la gestión de las Líneas de Nasca, varias entidades privadas quieren invertir en la protección de este espacio pero no lo pueden hacer por falta de saneamiento. (Foto: Luis García Bendezú / El Comercio)
Luis García Bendezú

El saneamiento físico legal de las Líneas de Nasca, en la región Ica, es un problema complejo. El área declarada Patrimonio Mundial en 1994 -de 450 kilómetros cuadrados- se superpone, por ejemplo, a zonas urbanas y rurales donde hay miles de títulos de propiedad. Y años después de esta declaración, el Ministerio de Cultura designó un sector más amplio aún como "zona de reserva". Este polígono tiene una extensión superior a la región Tumbes e incluye a toda la ciudad de Nasca y buena parte de la provincia de Palpa. 

Debido a la gran extensión del terreno que se debe gestionar, el jefe de la Dirección General de Patrimonio Arqueológico Inmueble del Ministerio de Cultura (DGPAI), Carlos Ausejo, considera "un reto" la protección de los centenares de geoglifos prehispánicos. Según el funcionario, “es probable” que el terreno donde están líneas emblemáticas como el colibrí, el mono o la araña esté asignado de forma genérica a la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales, pero no hay seguridad de ello. “Por eso estamos mandando a sectorizar y a priorizar las zonas críticas”, señala.

Carlos Ausejo es jefe de la Dirección General de Patrimonio Arqueológico Inmueble del Ministerio de Cultura. (Foto: Luis García Bendezú / El Comercio)
Carlos Ausejo es jefe de la Dirección General de Patrimonio Arqueológico Inmueble del Ministerio de Cultura. (Foto: Luis García Bendezú / El Comercio)

Como punto de partida, el despacho de Ausejo ha enviado hace un par de semanas a un equipo de profesionales para recorrer los valles y mapear las zonas donde hay urbanizaciones cerca de geoglifos protegidos. El objetivo es determinar qué figuras ya se han perdido por el crecimiento de las ciudades y cuáles están siendo amenazadas. “Buscamos un equilibrio entre la protección del patrimonio y la provisión de servicios básicos que las poblaciones necesitan”, dice Ausejo.

Según el funcionario, con el trabajo que acaba de empezar el Ministerio de Cultura podrá saber a ciencia cierta qué restos arqueológicos prevalecen en el área de reserva de las Líneas de Nasca, sobre todo en aquellas zonas próximas a las urbanizaciones. "Si bien tenemos un área grande [protegida], no tenemos todo mapeado. Cuando esta zona se hace patrimonio mundial se sabía a groso modo que había una zona nuclear con muchos geoglifos. Ahora estamos mandando un equipo para identificar evidencias y compatibilizar respecto a la gente que está viviendo ahí. Queremos ver qué hay, cómo están, quién está cerca [de un geoglifo] y quién no", dice Ausejo. 

El jefe de la DGPAI precisa que esta etapa de 'mapeo' durará cuatro meses y luego vendrán otras etapas hasta el primer trimestre del 2019. 

Entre el 2016 y 2017, el equipo del Ministerio de Cultura ha restaurado 20 geoglifos de importancia en la pampa de Nasca.
 (Foto: Luis García Bendezú / El Comercio)
Entre el 2016 y 2017, el equipo del Ministerio de Cultura ha restaurado 20 geoglifos de importancia en la pampa de Nasca. (Foto: Luis García Bendezú / El Comercio)

Respecto a las protección de las Líneas de Nasca de los choferes imprudentes, Carlos Ausejo señaló que se están planificando ciertas acciones no tradicionales. "Como entederá, no podemos poner un vigilante cada 500 metros y también sería absurdo poner un cerco alrededor del área de Patrimonio Mundial", señala en funcionario. 
"Tenemos que salir de ese cajón y pensar qué alternativas nos dan los avances tecnológicos. Porque de esa manera sí podríamos cubrir más área de una forma más eficiente y con un costo menor. Pero tenemos que ver cuál es, probarlo y si no funciona, probar con otro", añade. 

El sector Cultura también está evaluando establecer un boleto turístico para que una parte de la tarifa que pagan los turistas que sobrevuelan las Líneas de Nasca se revierta en la conservación de este espacio. 

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