Lo risible y lo grave, por Mariella Balbi
Lo risible y lo grave, por Mariella Balbi
Mariella Balbi

Es repudiable que ante una pregunta de un periodista, el presidente le espete que “es gordo”, descalificándolo y no respondiéndole. Resulta risible que el nuevo primer ministro, quien se supone traerá estabilidad política, tenga mayor volumen que el reportero agraviado. ¿Se burlará así de su jefe de gabinete? Es grave, gravísimo que en el último año las vacunas completas para niños menores de 12 meses hayan caído de una cobertura de 63,2% a 55,7%. 

La cobertura del programa CRED (Control de Crecimiento y Desarrollo) está prácticamente estancada. En el 2013 fue 50,5%; en el 2014, 52,4%. Imposible reducir la desnutrición infantil así. Ambos indicadores deberían estar en más de 90% de cobertura. Esa debió ser la apuesta de un gobierno que repite cacofónicamente las palabras ‘inclusión social’. 

Podría ser jocoso ver cómo ministros varios mueven la cifra del crecimiento del PBI, que 5%, que 4,5%, que todo depende. Lamentablemente es angustiante comprobar la desaceleración de la economía y escuchar que la crítica hecha por el ex ministro de Economía del gobierno anterior “contamina expectativas”. Patético que lo descalifiquen señalando que sus expresiones no tienen sustento y que tanto el titular de Economía como el jefe del gabinete tilden el realista análisis de crítica electorera y aprista. Basta ver la realidad. Solo falta que el presidente le diga gordo al ex ministro, pero así no crecerá la economía.

Nos reímos a carcajadas cuando por reflejar legítima preocupación por el enano progreso económico nos tilden de apristas o alanistas. Si el gobierno no baja la bota y deja de atropellar, en el 2015 el crecimiento será de 2%. Nos perjudicaremos todos. Alan García se volvió un ‘joker’ que está en todo y en todas. Domina, digita, reina en el Congreso, en el Poder Judicial y hasta en la propia . Es el demiurgo de las desgracias del gobierno y el causante de toda la irresponsabilidad del nacionalismo.

Ojalá se entienda que estamos cansados del pueril argumento de que la oposición busca “desestabilizar al gobierno”. En pro de ello actuó la DINI con desfachatez, descuidándose la economía del país, cuando el Perú no debería estar parado dos años.

Se equivoca el primer ministro al afirmar que será el Poder Judicial el que investigue el reglaje de la DINI. El Ejecutivo debe decir por qué se permitió semejante espionaje. Mirar a los anteriores gobiernos no da la explicación que exigimos. Ese argumento atenta contra la inteligencia de los peruanos. 

En diez años de democracia no tuvimos las amenazas de cerrar el Congreso por ejercer la oposición. Hubo errados arrebatos apristas y nacionalistas de declarar la vacancia presidencial. Pero nunca vivimos esta incertidumbre. Alan García es el archienemigo del jefe del gabinete. Le causa urticaria y lo obsesiona. Ahora tenemos que esperar que este venza sus odiosidades, que cambie como afirma para que converse con el y el Apra. Una obligación, no un favor.

El manejo del espionaje chileno es tenebroso y un capítulo aparte. Se dice que el objetivo es romper relaciones con Chile, levantar el nacionalismo y ganar rédito electoral. El primer ministro debe aclararlo. Todos queremos elecciones cada cinco años. Es inaceptable que este gobierno piense que entre sus atribuciones está colocar o designar al próximo presidente.