Rolando Arellano C.

La discusión sobre la oportunidad de un nuevo en el país debe servirnos también para reflexionar sobre qué aspectos debemos conmemorar. Veamos.

Los feriados son días que sirven para unir a los ciudadanos alrededor de hechos importantes de la nación y, eventualmente, generar orgullo y voluntad de trabajar por más bienestar para todos. Siendo evidente que los feriados no laborables no deben ser numerosos, pues eso atenta contra el bienestar de las mayorías –que dependen de su ingreso diario y no de un salario fijo–, es claro también que hay muchos hechos y personajes ejemplares que hoy no honramos debidamente. Retamos, entonces, al lector a un ejercicio de innovación y creatividad para encontrar alguna forma de resolver este conflicto.

¿Nos falta conmemorar más eventos y personajes? Así es, pues teniendo hoy 10 feriados, ¿no es extraño que no festejemos el momento de mayor brillo de nuestra historia, el imperio incaico, ni a personajes como el inca Pachacútec? ¿Y no deberíamos celebrar más a los precursores de la independencia como Túpac Amaru II y Juan Santos Atahualpa, y a los héroes peruanos de la gesta independentista? ¿No deberíamos también festejar mejor a héroes victoriosos como Andrés Avelino Cáceres o a los técnicos de la FAP Orozco, Brandáriz y Raffo (Ecuador 1940)?

Por otra parte, ¿no sería motivador para nuestras niñas conocer y celebrar a doña Tomasa Tito Condemayta, lugarteniente ajusticiada con José Gabriel Condorcanqui, o a María Parado de Bellido, Antonia Moreno de Cáceres y a otras grandes mujeres de nuestra historia? ¿Es justo que reconozcamos poco o nada a los héroes civiles cuya vida fue fundamental para consolidarnos como nación? Por ejemplo, ¿no deberíamos valorar más el aporte de don Ricardo Palma al plasmar a la nueva sociedad peruana en sus “Tradiciones”? ¿Reconocer mejor a Arguedas, y, sin dogmatismos, a José Carlos Mariátegui o a Víctor Raúl Haya de la Torre? ¿Y a don Julio C. Tello y otros arqueólogos e historiadores que encontraron las raíces del ?

Además, si los feriados son para agradecer, ¿no debería el Día del Trabajo, además de a los asalariados, festejar a los que generan su empleo y el de otros? ¿Reconocer dicha fecha al mejor exportador, al mayor creador de empleos o al más innovador gasfitero o tallerista?

En fin, si encontramos formas creativas de festejar eventos y personas importantes, sin multiplicar los días no laborables, honraríamos su memoria con más justicia. Además, haríamos que los tesoros escondidos de nuestra historia nos ayuden a crecer mejor. Se aceptan ideas. Les deseo una gran semana.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Rolando Arellano C. CEO Arellano Consultoría para Crecer