"Hasta el 31 de diciembre, esta alianza podía censurar ministros, elegir al presidente del Congreso y a la Mesa Directiva". (Fotos: Congreso de la República/El Comercio)
"Hasta el 31 de diciembre, esta alianza podía censurar ministros, elegir al presidente del Congreso y a la Mesa Directiva". (Fotos: Congreso de la República/El Comercio)
Fernando Cáceres Freyre

Aunque el congresista haya rechazado varias veces que exista una alianza aprofujimorista, es innegable que en este período ambas bancadas han jugado en pared en varias iniciativas políticas claves: ley antitransfuguismo, censura a Jaime Saavedra, rechazo a la cuestión de confianza de Fernando Zavala, archivo de la primera acusación contra Pedro Chávarry (sustentada en el informe de Juan Sheput), etc.

De hecho, hasta el 31 de diciembre, esta alianza podía censurar ministros, elegir al presidente del Congreso y a la Mesa Directiva, aprobar leyes orgánicas, aprobar por insistencia iniciativas observadas por el Ejecutivo, etc. Todo ello sin necesidad de debatir ni consensuar con nadie. En el mundo real esto se acabó.

Como ‘regalo’ de año nuevo, el entonces fiscal de la Nación nos obsequió la remoción de los fiscales Vela y Pérez del equipo especial Lava Jato (arriesgando el acuerdo con Odebrecht). Vizcarra reaccionó –otra vez– con buenos reflejos políticos, al aprobar al día siguiente un proyecto de ley que propuso declarar en emergencia la fiscalía. Su contenido, ciertamente defectuoso, fue lo de menos. Con esta iniciativa, el presidente catalizó la indignación ciudadana, manifestada desde el mismo Año Nuevo, y volvió a ‘pechar’ al Congreso al amenazarlo con cerrarlo si no priorizaba el debate y, en buen cristiano, dejaba de blindar a Chávarry. Lo que siguió fue un terremoto político.

Vela y Pérez ‘apelaron’ su remoción. La junta de fiscales rechazó la decisión del ex fiscal de la Nación. Keiko Fujimori apoyó la iniciativa de Vizcarra. Chávarry retrocedió y anuló su decisión. El le quitó su respaldo. Chávarry renunció. Su sucesora declaró la fiscalía en emergencia. El presentó una moción de censura contra Salaverry, entre otras cosas, por no poner orden tras las acusaciones hechas por De Belaunde contra por blindar a Chávarry. Por último, Salaverry y cuatro congresistas renunciaron a Fuerza Popular.

El saldo de esta avalancha ha sido dejar a la alianza aprofujimorista con 61 votos, lo que los obliga en lo sucesivo a debatir y consensuar.

Pero en el mundo paralelo en el que viven algunos políticos y analistas, nada de eso ha ocurrido. ‘Vizcarra dictador’ habría sufrido una “primera derrota política” (Del Castillo), al tener que retroceder en su intención de hacer una cuestión de confianza; Chávarry se habría visto forzado a renunciar porque el Apra le quitó su confianza, y el fujimorismo habría obtenido una “victoria con la moción de censura al presidente del Congreso” (), pues ya no puede responsabilizárseles de todo lo que ocurra allí, y habría demostrado que –por pensar en el Perú y por nada relacionado con los votos– ellos retiraron la moción voluntariamente.

En fin, quizá lo importante sea que todos estamos contentos con el desenlace de esta novela. En el 2019 tendremos un Congreso más democrático.