Rolando Arellano C.


En enero del 2009, con el título “Se va a caer, se va a caer” (El Comercio 16/1/2009), escribimos sobre quienes solo hablan de lo mal que va el país, contribuyendo así a que todo empeore. Hoy, cuando la palabra “” es repetida insistentemente por expertos y medios de comunicación, se observa que la situación no ha cambiado. Veamos.

Si mientras un equilibrista está cruzando una calle en un cable entre dos edificios algunos comienzan a gritar “se va a caer, se va a caer”, la posibilidad de que se caiga aumenta muchísimo. Ya sea porque se pone nervioso, porque el ruido provoca corrientes de aire o por otras razones, la vida del artista se pone en mayor riesgo.

¿No ocurre igual hoy, cuando muchos medios y expertos en política, y empresa gritan insistentemente que la economía peruana “¡se va a caer, se va a caer!”, contribuyendo a que esta caiga más o más rápido? ¿Que con ello van en contra de sus afirmaciones de que se necesita dar confianza a los inversionistas? ¿No están allí ignorando que las ruedas de la economía y la psicología giran juntas, y que existe algo que se llama “expectativa autogenerada”, que dice que, si los expertos pronostican que el dólar va a subir, muchos compran dólares y el precio sube por la mayor demanda?

¿No es extraño que no tomen en cuenta el contexto internacional para criticar a nuestra economía? Sorprende, por ejemplo, que critiquen el 8% de inflación en el Perú, sin decir que esos niveles se están dando en todo el mundo, o que se escandalicen con que el crecimiento será bajísimo (quizás de 1%), sin decir que la región estará a niveles parecidos. Saber que el problema no es solo nuestro no disminuiría su gravedad, pero haría nuestro análisis más equilibrado. ¿Que tenemos un mal Gobierno? Sí, pero ¿criticarlo sin ideas de solución no agrava el problema e incrementa el desánimo de los inversionistas?

Esta semana, cuando el ministro de Economía anunció que estamos en recesión, los mismos analistas y medios (al que le caiga el guante…) comentan que sus previsiones parecen cumplirse. Y aquí, nuevamente, en vez de tranquilizar a la población (y a los empresarios) explicándole que una recesión es la disminución del PBI por dos trimestres continuos (con tendencia a recuperarse), prefieren señalar el “te lo dije, el equilibrista se cayó”.

Ya es tiempo de que especialistas y medios entiendan que, así como pueden generar profecías que agravan la situación, tienen un inmenso poder para hacer lo mismo por el lado positivo. Y también de que los ciudadanos, en especial los empresarios peruanos, en vez de caer en la trampa de desanimarnos oyendo a quienes solo traen malos augurios, trabajemos más para solucionar nuestros grandes problemas.



*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Rolando Arellano C. es CEO Arellano Consultoría para Crecer