"Todos los eventos descritos son una muestra palmaria de la influencia sombría de Odebrecht en nuestra política".
"Todos los eventos descritos son una muestra palmaria de la influencia sombría de Odebrecht en nuestra política".
Editorial El Comercio

El martes, el diario “O Globo” de Brasil publicó una entrevista a , otrora CEO de la empresa que lleva su apellido, en la que se refirió a las acciones delictivas cometidas por la firma en América Latina. En concreto habló de los “dos grandes pecados” que cometieron: “la falta de transparencia en el cajero dos y la creencia de que el fin justifica los medios”. En suma, una manera edulcorada de referirse al sistema de sobornos seriales y aportes irregulares que instauraron en América Latina y que ha remecido a toda la región.

De hecho, basta un vistazo a lo que le ha dejado al Perú el Caso Odebrecht solo en el 2019 para constatar que los “pecados” de la constructora brasileña lograron consolidar el grave desprestigio de nuestra clase política y también el de buena parte de la empresarial, por la existencia del llamado ‘club de la construcción’.

Así, este año, el capítulo de esta saga que más impacto ha generado ha sido el de Alan García. Tras su suicidio el 17 de abril, antes de ser detenido por los agentes de la Diviac, se dieron a conocer una serie de graves declaraciones sobre la manera en la que sobornos de Odebrecht habrían llegado a él. Así, Jorge Barata, exrepresentante de la constructora en el Perú, señalaría a Miguel Atala y a Luis Nava como receptores del dinero del expresidente, y estos, más adelante, confirmarían dicha versión ante el Ministerio Público.

De igual manera, la justicia le tocaría la puerta al ex jefe del Estado Pedro Pablo Kuczynski, quien en abril fue detenido a propósito de la investigación que se le sigue por el supuesto delito de lavado de activos, luego de presuntamente recibir pagos irregulares de Odebrecht a través de Westfield Capital a cambio de haber beneficiado a la firma durante el gobierno de Alejandro Toledo. Eventualmente, al constatarse el resquebrajamiento de su salud, fue puesto bajo arresto domiciliario.

Otra de las protagonistas en el 2019 de la “falta de transparencia” de Odebrecht fue la exalcaldesa Susana Villarán. Su caso, además de contar con la afirmación de Barata, que la señalaba como la receptora de US$3 millones para la campaña por el No a la revocación, se hizo más claro con la admisión que hizo ella misma en sus redes sociales: “Siempre supe de los aportes de empresas a la campaña del No”, sentenció. En mayo, el Poder Judicial le dictó 18 meses de prisión preventiva, que después se extenderían a 24.

En los meses venideros, el caso también involucró a César Villanueva, ex primer ministro que habría recibido, cuando era presidente de la región San Martín, un soborno de US$60 mil para garantizar que Odebrecht obtuviese la concesión de la carretera San José de Sisa. Este Diario, además, reveló en setiembre que en las planillas de la División de Operaciones Estructuradas de Odebrecht se registraban pagos por US$320 mil para el ‘codinome’ ‘Curriculum Vita’, asignado al también excongresista. La circunstancia llevó a que, hace poco más de una semana, se le dictaran 18 meses de prisión preventiva.

Por otro lado, en el 2019 también se agudizaron las críticas a las medidas restrictivas de la libertad impuestas a los investigados y al hecho de que el Ministerio Público ha logrado formalizar acusaciones en muy pocos casos. La situación ha resultado en la liberación de algunos de los afectados, como ocho de los árbitros que supuestamente recibieron pagos ilícitos de Odebrecht, por parte de la Primera Sala Penal de Apelaciones, y la de la excandidata presidencial Keiko Fujimori por el Tribunal Constitucional (Barata también ha asegurado que la empresa le dio aportes de campaña en el 2011).

El año, empero, también trajo consigo una señal positiva: la primera condena por el Caso Odebrecht. En junio el exgobernador regional de Áncash César Álvarez fue sentenciado a ocho años de cárcel por haber otorgado de manera irregular la buena pro de una obra a un consorcio en el que participaba la constructora que nos ocupa.

En suma, todos los eventos descritos son una muestra palmaria de la influencia sombría de Odebrecht en nuestra política. Sin duda mucho más que simples “pecados” y con daños que seguirán trayendo repercusiones en los años que vienen.