Norma Correa Aste

Hoy conmemoramos el, una fecha que nos recuerda el largo camino recorrido para alcanzar la igualdad de entre hombres y mujeres. Más allá de ser una ocasión para celebrar a las mujeres maravilla, lanzar ofertas comerciales para damas o inundar las redes sociales con campañas efímeras, se trata de una oportunidad para mirarnos al espejo y evaluar los desafíos pendientes desde las políticas públicas y la sociedad.

Si bien durante el siglo XX se lograron importantes avances legales y normativos a favor de la igualdad de oportunidades, ¿hasta qué punto enfrentamos un consenso de papel y riesgos de retroceso? Un reciente informe del Banco Mundial titulado “La mujer, la empresa y el derecho” (2024) explora las oportunidades y los retos que enfrentan las mujeres en 190 economías y evidencia brechas más amplias de las esperadas. Si bien a nivel global se han logrado avances fundamentales en la promulgación de leyes vinculadas a la igualdad de oportunidades, la mitad de la humanidad (3.900 millones de mujeres) enfrenta obstáculos legales que afecta su participación económica y su autonomía. Asimismo, se evidencia que las mujeres gozan de menos de dos tercios de los derechos que tienen los hombres, si se incluye en el análisis aspectos como la violencia de género y el cuidado infantil.

Si bien la discusión sobre género e igualdad de oportunidades es más compleja que indicadores, métricas y rankings, los hallazgos arriba citados nos invitan a reflexionar sobre la brecha de implementación de leyes, normas y políticas públicas. Esta es una pregunta urgente para nuestro país, a pesar de que enfrentamos un contexto desafiante marcado por el debilitamiento institucional, la inercia en la gestión pública y una constante confrontación política.

Para superar la brecha de implementación en leyes y políticas públicas vinculadas a la igualdad de oportunidades entre hombres y , se requieren consensos políticos que hoy son muy escasos –por no decir ausentes– en el Perú. El enfoque de género se ha vuelto un campo de batalla político y social, donde abundan la polarización y la estigmatización mutua, y escasean las soluciones para responder a las brechas que se acumulan y que limitan las oportunidades, condiciones de vida y aspiraciones de niñas, adolescentes y mujeres.

Podemos aterrizar esta discusión en la problemática del mundo laboral, un tema clave para la independencia económica de las mujeres y que además presenta importantes desafíos en nuestro país, donde predomina el empleo informal. De los aproximadamente 17 millones de mujeres en nuestro país, más de la mitad (51,7%) se encuentra entre los 15 y los 49 años, una etapa clave para la vinculación con el mundo del trabajo, la maternidad y la educación.

Las cifras oficiales nos brindan una serie de alertas sobre los desafíos específicos que enfrentan las mujeres para acceder a oportunidades económicas y laborales. Por ejemplo, la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (INEI, 2022) evidencia que la proporción de mujeres en edad de trabajar que participa en el mercado laboral (trabajando o buscando empleo) es del 63,3%, una cifra que llega al 79,6% en el caso de los hombres. Por otro lado, el número de hogares jefaturados por mujeres se ha incrementado en la última década: del 25,4% en el 2011 al 36,5% en el 2022.

Los desafíos específicos enfrentados por las mujeres en su acceso al mundo del trabajo y en sus oportunidades económicas requieren mayor atención desde las estrategias de reactivación económica. Esto supone, entre otros temas, colocar sobre la mesa las implicancias de la maternidad y de la distribución de responsabilidades domésticas en las trayectorias de las mujeres. De acuerdo con una reciente publicación de “The Economist”, la probabilidad de encontrar empleo diez años después de convertirse en madres se reduce en un 42% en el caso de las mujeres peruanas.

Otra discusión pendiente en nuestro país es la que corresponde al impacto de la pandemia en las niñas, adolescentes y mujeres. Un estudio publicado por “The Lancet” analizó los efectos indirectos del COVID-19 en la igualdad de género en 193 países y encontró que las mujeres se vieron más afectadas que los hombres por la pérdida de empleo, por renunciar a sus trabajos para cuidar a otros, por el abandono escolar y por la mayor exposición a casos de violencia de género.

Para ir más allá del consenso de papel y responder a la brecha de implementación de leyes y políticas vigentes, es necesario generar consensos a favor de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Sin duda, un reto desafiante dado el clima político actual, pero no imposible. Quizás enfocarnos en medidas concretas ayude a avanzar, como, por ejemplo, desarrollar estrategias para que la reactivación económica no deje a las mujeres atrás, sobre todo a las más vulnerables. Mejorar las oportunidades económicas de las mujeres implica reconocer que empleo y cuidado son dos caras de una misma moneda para una proporción importante de mujeres peruanas. Por lo que generar nuevas soluciones de cuidado con participación comunitaria, pública y privada, es prioritario.

Norma Correa Aste es profesora e investigadora en la Pontificia Universidad Católica del Perú