(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Andrés Oppenheimer

He visto a muchos presidentes hacer muchas estupideces a lo largo de los años, pero la decisión del presidente estadounidense, , de cortar la ayuda externa a está entre las que baten todos los récords.

Aduciendo querer detener el flujo de inmigrantes indocumentados de Guatemala, El Salvador y Honduras a la frontera sur de , Trump anunció recientemente que cortará los más de US$450 millones en ayuda externa a esos países acosados por la violencia.

Trump adujo que los gobiernos de estos países “no han hecho nada” para evitar la migración a EE.UU. En rigor, gran parte de la ayuda estadounidense no va a dichos gobiernos, sino a organizaciones no gubernamentales que combaten la corrupción, la violencia y la desocupación.

Alarmados, más de 100 congresistas de EE.UU. enviaron una carta al secretario de Estado, Mike Pompeo, la semana pasada, pidiéndole al gobierno de Trump que reconsidere su decisión.

Recortar la ayuda a Centroamérica solo hará aumentar el flujo de migrantes indocumentados, dijeron. “Muchos programas que están demostrando tener resultados como la reducción de la violencia a nivel local, la ayuda a jóvenes para encontrar trabajo y la disminución de las tasas de malnutrición en zonas rurales se verán obligados a cerrar sus puertas”, escribieron los legisladores.

Además, la decisión de Trump es inconstitucional, ya que solo el Congreso tiene la autoridad para aprobar la ayuda externa, dijeron los firmantes de la carta.

En los últimos dos años, la mayoría republicana en el Congreso ya había recortado la ayuda externa a los países centroamericanos del así llamado Triángulo del Norte, de US$750 millones en el 2016 a US$527 millones en el 2019. Ahora, Trump está recortando los fondos pendientes para la región para el 2018 y el 2019.

En Guatemala y Honduras, parte de la ayuda de EE.UU. se destina a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y la Misión de Apoyo contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Maccih). Ambos grupos han ayudado a capacitar a fiscales, investigadores y jueces.

La decisión de Trump de cortar la ayuda a Centroamérica no solo es contraproducente porque exacerbará las causas de fondo de la migración a EE.UU., sino también porque hará aumentar la creciente influencia de China en la región.

China ya ha ganado terreno en América Central y el Caribe desde que asumió Trump. Panamá estableció relaciones diplomáticas con China en el 2017, y desde entonces El Salvador y República Dominicana hicieron lo mismo.

No fue casual que el presidente electo de Panamá, Laurentino ‘Nito’ Cortizo, dijera en una entrevista con la agencia Reuters que mientras EE.UU. está descuidando a Centroamérica, “otro [China] está avanzando”.

¿Por qué Trump está haciendo algo tan contraproducente como cortar la ayuda a Centroamérica? Como tantas otras decisiones de su política exterior, tiene muy poco que ver con el interés nacional de su país, y mucho con complacer a su base xenófoba y obsesionada con la inmigración.

Los demagogos populistas piensan en su conveniencia política más que en sus países.

De manera que la próxima vez que escuchen a Trump decir que hay que frenar el flujo de indocumentados a la frontera –que, dicho sea de paso, sigue siendo más bajo que en el 2007, según cifras del Pew Research Center– díganle: “Señor presidente, el que está empeorando las cosas es usted”.

Porque eso es, precisamente, lo que está haciendo Trump al cortar los fondos para los grupos no gubernamentales que ayudan a combatir la violencia, la corrupción y la desocupación, los principales problemas que causan la migración.

–Glosado y editado–
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