Federico Prieto Celi

El 11 de agosto pasado, la Sociedad Peruana de Historia, la Academia Peruana de Ciencias Morales y Políticas, y el Centro de Estudios Hispánicos rindieron un homenaje de admiración y gratitud al doctor , nacido el 12 de junio de 1923 y fallecido el 6 de octubre del 2015.

Fernán Altuve hizo una semblanza de Vicente, recordando que había estudiado Letras y Derecho en San Marcos, graduándose con las tesis “Juan de Ovando y la Recopilación de las Leyes de Indias” y “Ovando y la Concepción Dual del Gobierno de las Indias”, respectivamente. Es difícil transmitir los valores y facultades de un hombre notable, pero Fernán Altuve supo transmitir el genio apacible y bondadoso, inteligente e ingenioso, de Vicente.

El diario oficial “El Peruano” había publicado en noviembre de 1974 unos decretos de aprobación de contratos entre y con la Japan Petroleum Development Corporation y la Japan Oil Company sobre prospección, exploración y explotación del petróleo en la selva peruana, y la construcción de un oleoducto hasta la costa. Había una serie de indicios que comprometían al patrimonio nacional. Cedían la solución de los conflictos que pudieran darse a tribunales extranjeros, renunciando a los peruanos, lo que iba contra el artículo 17 de la Constitución de 1933, entonces vigente. Vicente supo defender el Estado de derecho con tanta serenidad como firmeza, ante el atropello del gobierno de , lo que le valió la persecución y la cárcel. Los juristas estuvieron presos la segunda quincena de noviembre y el mes de diciembre de 1974, salvo los que se asilaron en las embajadas de Ecuador, Bolivia y Argentina. Se les acusó de un supuesto delito contrarrevolucionario.

Me tocó desarrollar estos sucesos, en los que Vicente fue el principal protagonista, como Decano del Colegio de Abogados de Lima; junto con Gonzalo Ortiz de Zevallos Roedel, presidente de la Comisión de Inversiones Extranjeras del Colegio; y los miembros de esa Comisión: Carlos Balarezo Delta, Carlos Basombrío Porras y Augusto Changananquí Salas. El gobierno dispuso la detención de esos cinco abogados y la deportación de los periodistas que difundimos la postura del Colegio de Abogados de Lima en los semanarios “Opinión Libre” y “Oiga” (los diarios estaban expropiados desde el 27 de julio de ese año).

Miguel Ayuso, de paso por Lima, se ocupó del pensamiento histórico y jurídico de Vicente, formado a lo largo del tiempo por sus estudios universitarios sanmarquinos, las enseñanzas de los juristas españoles Francisco Elías de Tejada y Spínola, Alfonso García-Gallo y Diego Luis García Arias, el jurista argentino Carlos Alberto Sacheri, y el chileno P. Osvaldo Lira Pérez. Se interesó Vicente por el Archivo General de Indias en Sevilla, y por la lectura de los fondos documentales en el Museo Británico sobre el Derecho Indiano. Recordó igualmente que, por sus convicciones católicas, como uno de los primeros residentes del colegio Mayor Nuestra Señora de Guadalupe de Madrid, mientras hacía un post grado en la Universidad Complutense, peregrinó con ellos por el Camino de Santiago desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela, en 1949, con motivo de la celebración del Año Santo Compostelano.

Vicente Ugarte del Pino llegó a ser presidente de la Corte Suprema del Perú y presidente del Tribunal de Justicia del Acuerdo de Cartagena, entre muchas otras labores que son demasiadas para incluir en una columna.

Federico Prieto Celi es periodista