(Foto: AFP).
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Bjorn Lomborg

Probablemente usted haya visto los últimos como: el aumento del nivel del mar debido al podría obligar a 187 millones de personas a abandonar sus hogares por riesgo de inundaciones. No los crea. Esa cifra no es realista y ni siquiera es novedosa. Aparece en , cuyos autores la extrajeron de otro . Y lo que el documento anterior decía era que 187 millones de personas podrían verse obligadas a desplazarse en el improbable caso de que nadie hiciese nada en los próximos 80 años para adaptarse al drástico crecimiento del nivel del mar.

En el mundo real, explicaba el documento del 2011, los humanos “se adaptan de manera proactiva” y “tal adaptación puede reducir en gran medida los posibles impactos”. Eso significa que “el problema de los refugiados ambientales casi desaparece”. Las estimaciones realistas reducen el número a entre 41.000 y 305.000 personas, a lo sumo menos de 1/600 de la cifra en esos titulares.

Los descubrimientos científicos serios reciben menos atención que las previsiones alarmantes e inverosímiles. Los escenarios del panel climático de las Naciones Unidas muestran que el mundo será mucho más rico y más resistente a finales del siglo. Eso significa que podremos enfrentar mejor muchos desafíos como las inundaciones, igual que lo han hecho sociedades más pobres durante siglos. Tenemos más conocimientos y tecnología que nunca para construir diques, barreras y represas, expandir playas y formar dunas, crear barreras naturales como los manglares, mejorar los estándares y las técnicas de construcción y utilizar la planificación del terreno y el mapeo de las amenazas para minimizar las inundaciones.

Los periodistas que buscan titulares alarmantes reciben ayuda de los científicos del clima, cuyos documentos ignoran la adaptación, y también de los equipos de relaciones públicas que conocen a su público. Un analizó dos escenarios. En el primero, los niveles del mar suben poco más de 90 centímetros durante los próximos 81 años, sin que nadie modifique la altura de un solo dique en todo el planeta. Eso tendría un costo de US$14 billones al año en todo el mundo. Los autores reconocen que eso no sucedería: “Está claro que todas las naciones con costa lo han hecho y continuarán adaptándose de distintas formas al aumento del nivel del mar”.

En el segundo escenario, intentan dar cuenta de la adaptación, aunque asumen que tan pronto como cualquier nación sea tan rica como Rumanía lo es hoy, detendrá sus esfuerzos. Incluso con esta extraña suposición, los costos de inundación estimados caerían en un 88%. La nota de prensa que anunciaba el estudio omitió el segundo escenario y pregonó la cifra de US$14 billones. Lo mismo hizo cada noticia que la reprodujo.

Hoy, unos tres millones de personas sufren anualmente inundaciones, lo que cuesta alrededor de US$11 mil millones en daños y US$13 mil millones en costos de diques, un total del 0,05% del producto bruto interno mundial. En una versión actualizada de ese influyente artículo del 2011, los autores examinaron lo que sucedería en un mundo más realista donde las personas se adaptan más a medida que se enriquecen. Incluso en las zonas más cálidas, descubrieron que gastar un 0,003% adicional del PBI en protección reduciría el número de desplazamientos por inundaciones en dos tercios, mientras que el costo total se reduciría del 0,05% al 0,008% del PBI mundial.

El cambio climático es real y debe abordarse, pero cuando se nos pide que gastemos billones de dólares en políticas que podrían transformar la economía global, debemos exigir más que exageraciones y revoluciones.