Integrantes de la delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia en Caracas, Venezuela.
Integrantes de la delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia en Caracas, Venezuela.
/ REUTERS/Leonardo Fernández Viloria
Agencia EFE

Las delegaciones de paz del Gobierno de y de la guerrilla del se mostraron este lunes esperanzadas con la reanudación de un diálogo político que, aseguraron las partes, expresa el sentir del país andino y buscará transformaciones concretas en varios ámbitos.

En una misma mesa, en un hotel de Caracas, los representantes de ambas delegaciones arrancaron con el primer ciclo de negociaciones que tiene a Venezuela como país anfitrión, además de garante, un rol compartido con Noruega y Cuba.

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Los portavoces de la jornada coincidieron al expresar la confianza generada en este arranque de las conversaciones, que resultó en un comunicado conjunto en el que acordaron “reanudar con plena voluntad política y ética” este proceso, entendido como un reclamo “de los territorios rurales y urbanos que padecen la violencia y la exclusión”.

INSTRUMENTO DE CAMBIO

Israel Ramírez, alias “Pablo Beltrán”, quien tomó la palabra por la delegación del ELN, agradeció el apoyo internacional a este mecanismo, un respaldo que, consideró, aumenta el sentido de compromiso con la promesa de la pacificación.

“Esta mesa debe ser, y apuntamos a que sea, un instrumento de cambio, de esa ola de cambios que pide la sociedad colombiana, y esperamos no fallar a esa expectativa”, dijo tras expresar su deseo de que, del lado del Gobierno, el interlocutor tenga el mismo punto de vista.

“Los colombianos no podemos vernos como enemigos. La labor que tenemos es de reconciliación, de volver a encontrar unos puntos comunes, de construir una nación en paz y equidad, esa es la apuesta que nosotros traemos”, remarcó.

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Por su parte, el alto comisionado para la Paz de Colombia, Danilo Rueda, explicó que el diálogo “tiene asuntos importantes para el país”, que incluye “transformaciones concretas en lo territorial”, así como “retos concretos frente a los asuntos sociales y ambientales”.

“Tenemos un horizonte de diálogo para dirimir, para pactar y para ir generando esas transformaciones. Estamos seguros y percibimos que hay una disposición”, señaló.

Rueda, quien insistió en que el diálogo es un proceso “incluyente, sin exclusión alguna”, recordó que la razón de la negociación es resolver las conflictividades para honrar a los “asesinados, desaparecidos, torturados, secuestrados”, y se mostró “convencido” de “lograr el propósito” que lleve a “superar dinámicas de muertes”.

LOS OTROS ACTORES

Venezuela, Cuba y Noruega, como países garantes en las negociaciones, expresaron su esperanza de que las partes lleguen a buen puerto, y agradecieron la “confianza depositada” al ser elegidos como observadores directos del diálogo.

Así lo manifestaron en un comunicado Cuba, Noruega y Venezuela en un breve comunicado conjunto con la Iglesia católica colombiana y las Naciones Unidas, estas dos últimas en calidad de invitadas.

“Agradecemos la confianza depositada en nosotros. Vemos con esperanza el proceso que se concreta hoy. Sin duda, es un paso importante para lograr la paz en Colombia”, señalaron.

Por su parte, el representante especial del secretario general de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, celebró, a través de las redes sociales, el reinicio de las negociaciones de paz y agradeció “el apoyo del secretario general (de Naciones Unidas), Antonio Guterres, a este proceso”.

También el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mostró su respaldo a las negociaciones y reiteró que su país, en su condición de sede del primer encuentro, “no escatimará esfuerzo alguno para el acompañamiento” de lo que consideró un “trascendental momento” en el proceso de reconciliación de Colombia.

UN NUEVO INTENTO

El Gobierno de Colombia y el ELN reanudaron las negociaciones, que habían comenzado en 2017 en Quito (Ecuador) durante el mandato del entonces presidente Juan Manuel Santos, y que fueron trasladadas luego a La Habana.

Durante el mandato de Santos, el diálogo fue suspendido en diversas ocasiones, la última, seis días antes de concluir su período al frente de la Presidencia de Colombia, cuyo testigo pasó a su sucesor, Iván Duque, el 7 de agosto de 2018.

Las conversaciones quedaron en suspenso desde entonces por la exigencia de Duque al ELN de liberar a todos los secuestrados que tenía en su poder y renunciar a toda actividad criminal.

La situación se agudizó tras el atentado perpetrado el 17 de enero de 2019 por el ELN con un vehículo bomba en la Escuela de Policía General Francisco de Paula Santander, de Bogotá, en el que murieron 22 cadetes, entre ellos una ecuatoriana.

Sin embargo, todo cambió este año porque Gustavo Petro, que sucedió en la Presidencia a Duque, tiene como prioridad la reanudación de las conversaciones con el ELN, enmarcadas en su política de la “paz total”.

Así, cuatro años y cuatro meses después de su última reunión en La Habana, el Gobierno colombiano y el ELN volvieron a sentarse para negociar, esta vez en Caracas y con Gustavo Petro como presidente.

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