Roger Zuzunaga Ruiz

Parece una historia sacada de una película de la mafia, pero está sucediendo en . El 27 de noviembre, el reveló que el ataque a balazos ocurrido ese mes contra un edificio de la Fiscalía General de la República (FGR), ubicado en , fue en venganza por un robo de cocaína y de metanfetamina por parte de policías estatales y federales. No solo eso. Hasta el momento varios agentes que habrían estado conectados con el hurto han sido asesinados.

Por el ataque a la FGR fueron detenidos Luis Gerardo Lara Vidrio y Jesús Ángel Rodríguez Clemente, que serán acusados por intento de homicidio. También serán imputados por el Ministerio Público por posesión de armas largas de uso exclusivo del Ejército. Ambos sujetos no han querido declarar.

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El Semanario Zeta indicó que Luis Gerardo Lara Vidrio forma parte de un grupo criminal en Tijuana que está al servicio del Cártel de Sinaloa, mientras que el otro implicado no tiene antecedentes.

De acuerdo con la agencia AP, dos de los agentes sospechosos de participar en el robo han sido asesinados. Mientras que se busca establecer la conexión con el hurto de otros tres policías muertos.

Tanto las autoridades como la prensa creen que el cártel dueño de la droga puede haber lanzado una represalia generalizada contra policías de Tijuana.

Tijuana, situada en el estado fronterizo de Baja California


y con una población de más de 2,1 millones de personas, ha registrado desde hace varios años alrededor de 2.000 asesinatos al año.

La droga del Cártel de Sinaloa

¿Cómo fue el robo? Según el Semanario Zeta, el pasado 17 de noviembre, un comando tipo Base de Operaciones Mixtas (BOM), integrado por elementos de la Policía Municipal de Tijuana, Guardia Nacional y agentes vestidos de civil, irrumpieron en una casa ubicada en Privada Altitud 58, sobre Manuel Jesús Clouthier 17100, Fraccionamiento El Lago.

De acuerdo con la versión de testigos y por un video de vigilancia que registró el hecho, el ingreso de los agentes fue alrededor de las 3 de la madrugada, sin orden de un juez.

Luego, cuando abandonaron el predio presuntamente se llevaron varios kilos de cocaína y metanfetamina.

En un video divulgado la semana pasada se ve una camioneta de los policías saliendo del lugar con grandes fardos de cocaína envueltos en plástico.

La agencia AP detalló que la fiscal estatal María Elena Andrade confirmó que tres detectives estatales estaban siendo investigados por el caso, junto con un número similar de policías municipales de Tijuana.

Alberto Capella, exjefe de la policía de Tijuana de 2007 a 2008 y nuevamente de 2011 a 2013, dijo a la AP que el alijo pertenecería al Cártel de Sinaloa, específicamente a la facción controlada por el narcotraficante Ismael ‘El Mayo’ Zambada, jefe histórico de es agrupación que dirige la pandilla más poderosa de la ciudad.

Ismael "El Mayo" Zambada.
Ismael "El Mayo" Zambada.

Todos los implicados fueron delatados

El Semanario Zeta reveló que el Cártel de Sinaloa ha desplazado a un grupo de sicarios, presuntamente traídos del interior de México, con la orden de asesinar a los agentes Óscar Gauci Orozco y Melissa Ramos Curiel, al igual que el policía municipal de Tijuana Martín Carrillo Grande y a seis elementos asignados al vehículo de la Guardia Nacional con numeración GN 303307, y a todos los que presuntamente participaron en el robo de la droga.

El policía municipal Martín Carrillo Grande es hermano de un ex policía detenido en el 2009 y a quien se le relaciona con el Cártel de los Arellano Félix, que opera en Tijuana, según Zeta.

Aparentemente, indica AP, el Cártel de Sinaloa supo casi de inmediato quiénes habían realizado el atraco.

Luego de que los agentes implicados en el robo fueron identificados por sus jefes, alguien los delató ante los criminales.

La venganza

El 18 de noviembre, pocas horas después del robo, hombres armados dispararon al menos 30 balas contra un edificio de la FGR en Tijuana, dejando marcas en la fachada del edificio.

Al cabo de una hora, uno de los policías municipales presuntamente involucrados en el atraco fue asesinado a tiros en una calle de esa ciudad. El agente fue identificado como León Bueno Loreto, de 51 años, quien el día del robo iba de copiloto con su compañero Martín Carrillo Grande a bordo de la patrulla pick-up municipal BC585A-1, unidad que también fue grabada cuando se produjo el atraco, indicó el Semanario Zeta.

El 24 de noviembre, hombres armados atacaron la oficina del fiscal estatal con una ráfaga de disparos; nadie resultó herido, informó AP.

El 27 de noviembre, un detective estatal investigado por el robo fue asesinado a tiros en su automóvil mientras llenaba el tanque de gasolina en una estación de Tijuana. Aparentemente el oficial vio venir el ataque y pudo arrancar su auto y avanzar unos metros antes de chocar contra una columna y morir al volante. Los agresores huyeron en una motocicleta, según AP. Fue identificado como Salvador Vargas Ruiz, de 40 años.

La agencia AP habló con un empleado de la fiscalía estatal sobre el caso y confirmó que dos de los agentes investigados en el escándalo habían sido asesinados a tiros a plena luz del día en las calles de Tijuana, en una aparente venganza del cártel.

El exjefe de policía Alberto Capella dijo a la AP que al menos otros tres agentes han muerto desde el atraco, lo que sugiere que el cártel pudo haber lanzado una represalia generalizada por el robo y no solo contra los responsables directos.