Milagros Asto Sánchez

Poco después de que el presidente Guillermo Lasso disolviera la Asamblea Nacional para frenar un juicio político que podría haber terminado con su destitución, Rafael Correa reaccionó en Twitter diciendo que la medida contra el Congreso era ilegal. Pero pronto, en una seguidilla de mensajes, el exmandatario dejó en claro lo que ya es un hecho en Ecuador: que la apuesta del correísmo siempre fue acortar el gobierno derechista y lograr un adelanto de elecciones en el país. “Volveremos, ya falta poco”, repite el exjefe de Estado (2007-2017) desde el último miércoles con cada vez más frecuencia.