El expresidente de Ecuador (2007-2017), Rafael Correa. (Foto de KENZO TRIBOUILLARD / AFP)
El expresidente de Ecuador (2007-2017), Rafael Correa. (Foto de KENZO TRIBOUILLARD / AFP)
/ KENZO TRIBOUILLARD
Agencia EFE

Más de doce horas después de la irrupción de la Policía de a la para detener a , exvicepresidente de (2007-2017), las condenas a este acto dentro de la esfera política ecuatoriana parten prácticamente sólo del correísmo y del movimiento indígena, mientras casi todos los líderes y fuerzas de derecha y centro guardan silencio.

El ingreso de la Policía a la sede diplomática de México en Quito se produjo después de que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador le concediera a Glas el asilo político que había solicitado al aducir ser un perseguido político y víctima de ‘lawfare’ (utilización del aparato judicial contra adversarios políticos).

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Sobre Glas pesaba una orden de detención e ingreso en prisión preventiva, al encontrarse imputado por peculado (malversación de fondos públicos) en el caso de la reconstrucción de la provincia costera de Manabí tras el terremoto de 2016, además de terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos condenas vigentes por cohecho y asociación ilícita.

Los hechos ocurrieron en un momento de máxima tensión en las relaciones entre México y Ecuador, después de que el Gobierno del presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, expulsó a la embajadora mexicana, Raquel Serur, tras unas declaraciones de López Obrador donde relacionaba el efecto electoral del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio con el triunfo de Noboa, que se impuso en la segunda vuelta al candidata correísta Luisa González.

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Correísmo lo califica de “barbarie”

La Revolución Ciudadana, el partido que tiene como líder a Correa, aseguró en un comunicado que “lo acontecido en las últimas horas en el país es barbárico, contrario a las normas básicas y principios fundamentales de la convivencia civilizada del derecho internacional y del derecho diplomático”.

Estos ignominiosos hechos constituyen una gravísima ofensa a México y a la comunidad internacional, cuya convivencia pacífica y civilizada se sustenta en el derecho, además de una afrenta a la dignidad de Ecuador y a su tradición como defensor del derecho internacional, de los Derechos Humanos”, apuntó la Revolución Ciudadana.

Para el correísmo, este precedente “afectará muy negativamente” a la imagen de Ecuador en la esfera internacional y responsabilizó a Noboa de la seguridad e integridad física y psicológica de Glas.

Correa destacó el carácter insólito del ingreso de las autoridades ecuatorianas a la sede diplomática de México en Quito para arrestar a Glas al aseverar que “no tiene precedentes en la historia latinoamericana”.

“Ni en las peores dictaduras se ha violado la embajada de un país. No vivimos un Estado de derecho, sino un Estado de barbarie, con un improvisado que confunde la patria con una de sus haciendas bananeras”, dijo Correa en referencia al actual presidente, Daniel Noboa, cuya familia posee el mayor emporio bananero del país, primer exportador mundial de ese fruto.

Por su parte, la presidenta de la Revolución Ciudadana, Luisa González, señaló que las imágenes de policías ecuatorianos ingresando a la fuerza a la Embajada de México “darán la vuelta al mundo”.

“Pasarán a la historia como la barbarie más grande de un Gobierno improvisado, de un millonario caprichoso y de una canciller que cree que sigue manejando Aerogal o Equair, dijo González en referencia a la ministra de Relaciones Exteriores, la empresaria Gabriela Sommerfeld, y su pasado al frente de aerolíneas ecuatorianas.

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Indígenas hablan de “acto fascista”

Por su parte, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la mayor organización social del país, señaló que “la violación de la embajada de México en Ecuador es un acto fascista de extrema gravedad que atenta contra las relaciones diplomáticas y el derecho internacional”.

“La acción del Gobierno ecuatoriano al irrumpir ilegalmente en la Embajada de México en Quito constituye una clara violación de la soberanía mexicana y un desprecio absoluto por las normas internacionales. Es preocupante observar cómo el gobierno autoritario y fascista de Ecuador recurre a la fuerza para asegurar sus trofeos políticos”, dijo la Conaie.

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Sonnenholzner condena invasión

Fuera del correísmo y del movimiento indígena la principal reacción llegó del exvicepresidente y excandidato presidencial Otto Sonnenholzner, quien recordó que “la soberanía de las embajadas es inviolable”.

Si bien Glas no debió recibir asilo, invadir la embajada mexicana fue un error grave”, señaló Sonneholzner al considerar que Lopéz Obrador, “se ha metido indebidamente en asuntos internos de Ecuador, pero la respuesta ecuatoriana no debió ser impulsiva”.

Gobernar requiere de determinación, pero también de prudencia. Este incidente nos deja muy mal parados en el plano internacional”, admitió el exvicepresidente, que ocupó el cargo durante el mandato presidencial de Lenín Moreno (2017-2021).

Hasta el momento no se han pronunciado sobre el hecho ni Moreno ni su sucesor, el conservador Guillermo Lasso (2021-2023).

Tampoco lo han hecho hasta el momento otras fuerzas cercanas al Gobierno de Noboa como el conservador Partido Social Cristiano (PSC) o el movimiento Construye, que tenía como candidato presidencial al asesinado Fernando Villavicencio.

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