¿Qué pasó con Armita Geravand, la joven iraní que entró al metro sin velo, la sacaron desmayada y a las semanas murió?

Un video muestra a la estudiante Armita Geravand, de 16 años, entrar en un vagón del metro de Teherán junto con dos amigas. Es 1 de octubre y no lleva velo islámico, algo que es obligatorio para las mujeres en Irán desde 1983. En otra imagen se ve que las amigas la sacan cargando, está desmayada. La adolescente terminó internada en un hospital en estado de coma, y 28 días después murió el sábado. ¿Qué pasó en con ella? Hay versiones contradictorias sobre lo sucedido.

El caso de Armita Geravand se da un año después de la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, una joven que fue golpeada por la policía de la moral por no llevar velo.

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Armita Geravand, originaria de una región kurda, estuvo internada en el hospital Fajr de Teherán.

Los medios estatales de Irán se han encargado de divulgar la versión oficial: han dicho que Armita Geravand tenía problemas de salud y que se cayó dentro del vagón, pero activistas y organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos aseguran que fue agredida por no llevar el velo islámico.

De acuerdo con un reporte de la agencia AP, una amiga declaró a la televisión estatal iraní que Geravand se golpeó la cabeza en el andén de la estación de metro Meydan-E Shohada, o Plaza de los Mártires, en el sur de Teherán.

La televisión estatal ha divulgado videos de cámaras exteriores de la estación. En las imágenes sin sonido se ve cómo cargan a la joven y la sacan del vagón. Luego es trasladada a un hospital.

Tal como lo precisa AP, la televisión estatal no ha publicado ninguna imagen del interior del vagón, algo que podría evidenciar con exactitud lo que ocurrió adentro cuando Armita Geravand subió.

La AP sostiene que la mayoría de los vagones del metro de Teherán tiene varias cámaras de vigilancia.

Los padres de la menor también han declarado a los medios estatales y han dicho que su hija pudo tener un problema de presión arterial, una caída o tal vez ambos contribuyeron a que terminara en estado de coma.

Pero a principios de octubre, el diario británico The Guardian publicó un informe con declaraciones de dos testigos que aseguraron que poco después de entrar al vagón, Armita Geravand comenzó a discutir con una mujer que se encargaba de controlar el uso del velo. “Su discusión se tornó violenta. La encargada del cumplimiento del hiyab comenzó a atacar físicamente a Armita y la empujó violentamente”, dijo uno de los testigos.

Para los activistas en el extranjero y organizaciones de derechos humanos internacionales, Geravand pudo haber sido empujada o atacada por agentes del metro o de la llamada policía de la moral por no llevar el velo islámico.

Quienes dudan la la versión oficial exigen una investigación independiente por parte de la misión de Naciones Unidas sobre Irán. Señalan que la teocracia presiona a las familias de las víctimas y la televisión estatal ha emitido cientos de confesiones obtenidas bajo coacción, de acuerdo con AP.

La ONG Amnistía Internacional analizó el video y asegura que sus expertos determinaron que este ha sido “manipulado”.

“El análisis realizado por el Laboratorio de Evidencia de Amnistía Internacional revela que la velocidad de fotogramas del video se incrementó en cuatro secciones y detectó que falta un intervalo de tres minutos y 16 segundos en el metraje”, dijo la organización en un comunicado.

Iran Human Rights, con sede en Oslo, ha dicho que la joven sufrió la lesión cerebral después de un “encuentro violento con agentes del metro que imponían el hiyab obligatorio”.

El ayatola “Alí Jamenei es personalmente responsable de la muerte de Armita Garavand, salvo que una investigación internacional independiente demuestre lo contrario”, dijo Mahmood Amiry-Moghaddam, director de Iran Human Rights.

La Organización Hengaw para los Derechos Humanos, que informa sobre abusos en la región kurda occidental de Irán y que publicó una fotografía de Geravand en coma, volvió a pedir el sábado una investigación internacional independiente.

“Durante los últimos 28 días, la República Islámica de Irán intentó distorsionar la narrativa del asesinato gubernamental de esta adolescente”, manifestó.

Armita Garawand murió el sábado y la prensa estatal dio la noticia con apego a la versión oficial.

“Armita Garawand, una alumna de Teherán, falleció hace una hora tras un tratamiento médico intensivo y 28 días de hospitalización en la unidad de cuidados especiales”, dijo la agencia de prensa Borna, dependiente del ministerio de Juventud y Deportes.

Otra agencia, Tasnim, citó fuentes médicas y afirmó que la joven “sufrió una caída que le causó una lesión cerebral, seguida de convulsiones continuas, una disminución de la oxigenación cerebral y un edema cerebral”.

Por el lado del Gobierno, el pasado 8 de octubre el ministro del Interior, Ahmad Vahidi, afirmó que las autoridades habían “investigado” el hecho y que la situación había quedado “muy clara”.

“Los enemigos no quieren que el país esté tranquilo, e intentan siempre convertir en controversia cualquier incidente”, dijo el ministro ese día.

El domingo, durante el entierro de Armita Garawand, la reconocida abogada iraní y defensora de los derechos humanos Nasrin Sotoudeh fue detenida, informó su esposo a la agencia AFP.

“Mi esposa fue detenida en los funerales de Armita Garawand junto a otros participantes”, dijo Reza Khandan. Añadió que ella fue “golpeada violentamente”.

La agencia de noticias local Fars confirmó que Sotoudeh fue “detenida y entregada a la autoridad judicial” por “no llevar velo” islámico y por “perturbar la seguridad mental de la sociedad”.

Mahsa Amini murió el 16 de septiembre del 2022 tras ser detenida por la llamada policía de la moral por no llevar bien puesto el velo islámico

Según la versión oficial, su fallecimiento fue debido a causas naturales.

La muerte de la mujer provocó fuertes protestas en Irán que durante meses. Los manifestantes exigían el fin de la República Islámica.

Pero las manifestaciones fueron aplastadas por el régimen. La represión dejó unos 500 muertos y la detención de unas 22.000 personas, según las agencias de noticias internacionales.

Además, siete manifestantes fueron ejecutados en la horca tras ser condenados por delitos como “difundir la corrupción en la Tierra”, un crimen considerado capital en Irán, entre otros.