El presidente de Ruanda, Paul Kagame. EFE
El presidente de Ruanda, Paul Kagame. EFE
/ EUGENE UWIMANA
Agencia AFP

“Es un gran paso, tenemos que aceptarlo”. El presidente , Paul Kagame, explica que ha decidido reconocer los esfuerzos de sobre su papel en el genocidio de 1994, incluso si no ha pedido disculpas, en una entrevista a la AFP y a France Inter.

El presidente francés, Emmanuel Macron, viajó el jueves a la capital ruandesa, Kigali, para “reconocer [las] responsabilidades” de Francia en esta tragedia, que causó al menos 800.000 muertos, en su mayoría tutsis. Pero “no fue cómplice”, señaló el mandatario francés.

Los supervivientes y las familias de las víctimas esperaban, sin embargo, que el presidente galo se excusara o pidiera perdón, lo que no sucedió.

El presidente Kagame, exjefe de la rebelión tutsi que acusó en múltiples ocasiones a París de complicidad en el genocidio, se congratuló por las palabras de su homólogo, que tienen “más valor que las disculpas”.

Sobre este tema “tan complejo”, “no hay una respuesta totalmente satisfactoria”, afirma en una entrevista el viernes a la AFP y a la emisora France Inter, “pero es un gran paso, tenemos que reconocerlo, aceptarlo y trabajar hacia otras etapas”.

“Alguien puede venir y decir ‘lo siento, pido perdón’, y siempre habrá gente que dirá que ‘no es suficiente’. Y tienen derecho (...) No creo que haya una solución milagro, algo que lo resuelva todo”, admite.

“¿Responde esto a todas las preguntas que la gente se hace? No lo creo”. “¿Los supervivientes tienen derecho de cuestionarlo? Tienen derecho”, agrega.

- “Hechos” establecidos -

Más allá de la visita y el discurso de Macron, el mandatario ruandés dice reconocer la labor que ha llevado a cabo en estos últimos años, con la creación de una comisión, dirigida por el historiador francés Vincent Duclert.

Su informe, publicado a finales de marzo, señala la “responsabilidad abrumadora” de Francia en las matanzas y apunta el apoyo casi “incondicional” del presidente socialista de la época, François Mitterrand, al régimen “racista, corrupto y violento” del gobierno hutu.

Un informe ruandés difundido unas semanas después puso de manifiesto que Francia “carga con una pesada responsabilidad por haber hecho posible un genocidio previsible”.

Estas dos comisiones “establecieron hechos” y “dicen casi lo mismo de forma distinta”, estima Kagame.

Asimismo, el presidente ruandés pide que “ninguna persona sospechosa de crímenes de genocidio escape a la tarea de los jueces”, tal y como afirmó Macron el jueves.

Kagame no pide la extradición. “Si se rinde justicia en Francia contra esta gente, estaré contento. No diré ‘no se hará justicia hasta que me los den y los juzguemos en nuestros tribunales’”, dice. “La justicia es justicia”.

“No soy específico en la forma, sino en el hecho de que esta gente está acusada de crímenes graves, de los que se tienen que hacer responsables”, insiste.

Según el mandatario ruandés, la etapa del jueves sienta las bases para una “relación mejor y más profunda” entre los dos países.

Para los detractores del régimen, esta reconciliación se hace en detrimento de los derechos humanos, y acusan a Francia de cerrar los ojos frente a los abusos denunciados por activistas y oenegés (libertad de prensa limitada, oposición silenciada, muerte de detenidos...).

“No veo nada malo, que calificaríamos de malo, que pase aquí y no se produzca allí de donde ustedes vienen”, dice a los periodistas franceses. “Cuando esto ocurre en los otros países, nadie se entromete. Cuando es aquí, nuestros problemas son tratados en el exterior, o son creados desde el exterior”.

Hombre fuerte del país desde 1994 y presidente desde 2000, Paul Kagame impulsó una reforma de la Constitución en 2015, lo que le permite permanecer en el poder hasta 2034.

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