Renzo Giner Vásquez

El golpe de Estado perpetrado por los militares esta semana en suma a este remoto país del a la lista de naciones de dicho continente que han vivido situaciones similares en los últimos tres años.

MIRA: Militares dan golpe de Estado en Gabón y ponen al presidente Ali Bongo en arresto domiciliario

Poco después de que las autoridades electorales gabonesas proclamasen la victoria de Ali Bongo -en el poder desde el 2009, cuando murió su padre- en los últimos comicios presidenciales, los militares perpetraron el derrocamiento.

Este evento recuerda a lo que vivió Níger hace solo un mes o a los casos de Mali, Guinea-Conakri, Sudán y Burkina Faso, registrados en los últimos 36 meses.

La cabeza del golpe gabonés es el general Brice Oligui Nguema, comandante de la Guardia Republicana, una unidad de élite de las Fuerzas Armadas, y primo del depuesto Bongo, quien se presume que será consagrado como jefe de la junta este lunes 4.

Las tropas de Nguema aseguran haber tomado esta decisión en respuesta a las denuncias de fraude electoral realizadas por la oposición.

Soldados gaboneses llevando al general Brice Oligui Nguema (centro), jefe de la guardia presidencial del derrocado presidente Ali Bongo Ondimba. (Foto de Gabón 24 / AFP)
Soldados gaboneses llevando al general Brice Oligui Nguema (centro), jefe de la guardia presidencial del derrocado presidente Ali Bongo Ondimba. (Foto de Gabón 24 / AFP)
/ -

La familia Bongo está en el poder en Gabón desde 1967. El depuesto presidente permanece bajo arresto domiciliario por “alta traición a las instituciones del Estado” y “malversación masiva de fondos públicos”. Desde su residencia, Ali Bongo ha instado a la comunidad internacional a que lo apoye en recuperar el mando del país.

A nivel regional, la Unión Africana suspendió a Gabón como miembro de la organización hasta que se restaure el orden democrático. La Comunidad Económica de Estados de África Central, cuya presidencia temporal la ocupa desde febrero el propio Bongo, también condenó el derrocamiento.

A nivel internacional, el secretario general de la ONU, António Guterres, reconoció las irregularidades que sufrió la elección pero condenó el accionar militar y recordó que no es el camino hacia la paz. Postura similar fue la que mostró el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, rechazando el golpe pero enfatizando en que fue precedido de una elección fraudulenta.

El presidente depuesto de Gabón, Ali Bongo Ondimba, llamando a "sus amigos de todo el mundo a hacer algo de ruido" mientras se encuentra bajo arresto domiciliario. (Foto de FUENTE DESCONOCIDA / AFP)
El presidente depuesto de Gabón, Ali Bongo Ondimba, llamando a "sus amigos de todo el mundo a hacer algo de ruido" mientras se encuentra bajo arresto domiciliario. (Foto de FUENTE DESCONOCIDA / AFP)
/ -

Especial atención acaparó el ambiguo pronunciamiento de Francia sobre su antigua colonia. El portavoz del gobierno, Olivier Véran, pidió el miércoles último que se respeten los resultados electorales “cuando se conozcan”.

Desde 1960 el país galo mantiene presencia militar en Gabón. Además, posee grandes intereses económicos por las riquezas en minería e hidrocarburos que posee la nación africana. La presencia de dos gigantes en ambos rubros, Eramet y Total Energies, desde hace décadas así lo confirma.

"Francia habla de democracia en África, pero solo si el presidente es su amigo"

Entrevista a Jerónimo Delgado-Caicedo, profesor e investigador de Estudios Africanos y Sur Global de la Universidad Externado de Colombia.

- ¿Es posible encontrar factores en común entre todos estos golpes de Estado?

Evidentemente hay puntos en común. No sé si podríamos meter todas las motivaciones en una misma bolsa, pero hay elementos similares en estos países. Por ejemplo, las cinco son excolonias francesas. En los casos de Guinea, Mali, Burkina Faso y Níger hay más puntos en común entre sí como el tema de la seguridad en el Sahel, la incapacidad de Francia y Occidente para ayudarlos a combatir al yihadismo, condiciones económicas deplorables, un sentimiento antifrancés muy fuerte y una inclinación hacia Rusia como posible sustituto de Occidente. Pero con Gabón sucede algo diferente.

- ¿En qué sentido?

El caso de Gabón es efectivamente un golpe de Estado, pero antes hubo manipulación de las elecciones, se cortó Internet, entre otras cosas. Incluso hay autores que consideran al golpe militar como un segundo golpe de Estado, entendiendo que el primero fue el realizado por Ali Bongo al ir en contra de la voluntad del pueblo. Entonces vemos una reacción de los militares a la manipulación de las elecciones que ya había sucedido la última vez y llevó al país a una espiral de violencia; además, está la monopolización del poder por parte de los Bongo quienes llevan más de 50 años en el poder. Eso lo vemos materializado en las miles de personas que celebran la salida de los Bongo del poder. Otro punto interesante es que muy pocos hablan de que el general que toma el poder es el primo de Ali Bongo, así que tendremos que ver si es un golpe de Estado para restaurar la democracia o si tendremos más de lo mismo. Recién van 2 o 3 días.

- ¿Qué papel ha cumplido Francia históricamente en estos territorios?

Eso habría que mirarlo en perspectiva. Desde Francia se presentan como una nación que llega con tropas para garantizar la seguridad, que vela por la democratización y los derechos humanos. Pero la realidad es bastante diferente. Encontramos a una Francia que ha puesto y quitado presidentes si les convienen o no. Eso ha ocurrido desde Sékou Touré en Guinea justo después de la independencia hasta los golpes de Estado en la guerra civil en Costa de Marfil. Entonces, vemos a una Francia que habla de democracia pero solo si el presidente es su amigo. La Constitución marfileña, por ejemplo, no permite la reelección pero si el mandatario es profrancés ellos apoyan la reelección. En Chad, luego de que mataron al presidente, correspondía que el poder lo asumiera el titular del Parlamento, pero Francia apoyó el ascenso del hijo del gobernante para mantener su influencia. Ahí tenemos dos casos en la que pasan sobre la Constitución para tener a un amigo suyo en el poder.

- ¿Y qué beneficios obtiene de eso?

Facilidad en el acceso a la economía y los recursos. En el caso particular de Níger, por ejemplo, al uranio que es fundamental para la producción de electricidad en Francia. Eso lleva a que en muchos casos defienda sus intereses sobre el bienestar de la gente o incluso de la democracia.

- ¿Y por qué Rusia es elegida para ocupar ese lugar?

Creo que ni yo ni ninguno de mis colegas podríamos responder con certeza cómo el sentimiento antifrancés se traduce en uno prorruso. Es un elemento muy interesante en el imaginario de la gente que funciona de la siguiente forma: si Francia y Occidente no pudieron ayudarnos, vamos con el que podría hacerlo que, por exclusión, es Rusia. África es muy importante para los rusos, casi la mitad de esos países se abstuvieron u opusieron en la ONU cuando se planteó sancionar a Rusia por la guerra en Ucrania. Yo diría que es una especie de guerra fría en África donde Rusia está tomando los territorios de sus enemigos y ganando influencia en ellos.

- ¿Hasta dónde llega esa influencia?

Tenemos la presencia de Rusia y del Grupo Wagner clara en Mali, mediante un acuerdo de seguridad. También la tenemos clara en Burkina Faso. Pero en Níger no está claro y si nos vamos a Gabón tampoco tenemos claridad.

- Pese a que durante el golpe en Níger vimos banderas rusas...

Eso también es curioso e ilógico. Estaban la bandera rusa, las de Mali y Burkina Faso que son los dos grandes aliados de la junta militar, de Argelia que se ha opuesto a la intervención militar de la CEDEAO. Pero lo ilógico es que había banderas de Corea del Norte. Eso reafirma la lógica de que si Occidente no pudo me voy con el otro lado y meten a todos en la misma bolsa, pese a que sean muy diferentes. Está Rusia como elemento importante en temas de seguridad, China como segundo inversor en Níger, pero también Corea del Norte que no tiene nada que ver ni se ha pronunciado.