El origen de "Satisfaction", el himno de los Rolling Stones
El origen de "Satisfaction", el himno de los Rolling Stones

Si se puede decir que el rock tiene un himno dedicado al inconformismo, de entre todas las canciones dedicadas al tema en un género de por sí rebelde, ese es definitivamente "(I Cant´get no) satisfaction", tema de los . El miércoles 5 de mayo de 1965 sería un día que cambiaría para siempre la historia de la música, pero Keith Richards lo sabría recién al día siguiente, cuando encendiera la casetera en la que había estado grabando la madrugada anterior… y escuchara solo sus estruendosos ronquidos. Escuchó su peculiar serenata por unos segundos y retrocedió la cinta con ansiedad: recordaba haber estado intentando una nueva canción en la guitarra. Retrocedió unos 20 minutos de ronquidos –como él mismo confesó alguna vez– y ahí estaba: era un riff de guitarra empezando a hacerse algo más. 

Esa madrugada, echado en su cama, no había podido sacar de su cabeza un tema de Martha Reeves and the Vandellas, que en aquel momento era uno de los éxitos de moda. Inspirado en esa base musical y con la letra del tema "Thirty Days" de Chuck Berry, dándole vueltas, decidió tararearla: “If I don't get no satisfaction from the judge…” y trabajó en ello hasta que se quedó dormido, guitarra en mano. Al día siguiente y después de la escena del cassette, buscó a Mick en la piscina del Gulf Hotel de Clearwater, Florida, donde estaban alojados en los días previos a un concierto, y le mostró lo que tenía. En pocos minutos, Jagger ya tenía algunas líneas escritas para darle letra y más música a ese riff inicial. De este modo –y bajo la más satisfactoria comodidad–, nació el himno de la insatisfacción por excelencia. 

Pocos días después, el 10 de mayo, grabarían una primera versión en los estudios Chess de Chicago… pero no les satisfizo. Sin embargo, el 12 de mayo de 1965 se pusieron a trabajar junto al ingeniero David Hassinger en Los Ángeles y, después de algunos intentos, Charlie Watts le dio el ritmo preciso. Pero Keith necesitaba un sonido distinto para coronar la obra. Hassinger –quien trabajó también con Elvis Presley, Grateful Dead, Jefferson Airplane y Sinatra– hizo magia en el estudio, con Keith dándole un efecto distinto a su guitarra, y Hassinger doblándola en dos pistas diferentes. Luego, Jack Nietszche, el famoso productor que fue mano derecha de Phil Spector, la terminó de decorar: le añadió el piano y la infaltable pandereta. Lo demás sucedió velozmente: el 28 de mayo ya estaba el disco en las tiendas y el 6 de junio de 1965 sonaba en todas las radios de Estados Unidos. Pocos días después, miles de jóvenes ya estaban coreando ¡I can't get no satisfaction!, agitando melenas y saltando por todos lados. “Era el sonido de una generación impaciente por heredar el planeta”, dijo sobre ella la revista . El rock nunca más sería el mismo. Felizmente.

LIMA STONE
Conoce más de los Rolling Stones en nuestro especial. Te contaremos una historia diferente de la banda cada día. 

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