A la izquierda, Harry Styles en Nueva York, durante su reciente presentación para el programa "Today". A la derecha, la portada de su disco "Harry's House".
A la izquierda, Harry Styles en Nueva York, durante su reciente presentación para el programa "Today". A la derecha, la portada de su disco "Harry's House".
/ Angela Weiss (AFP)
Oscar García

Casi nada le costó a sacarse la etiqueta de “ex miembro de una boy band”, con toda la carga peyorativa y la presión que tal cosa representa para ciertos círculos. Algunos luchan contra ese mote toda su vida, buscan la credibilidad artística luego de haber saltado alegremente para adolescentes, y en el saldo final quedan en debe. Para Styles, que fuera voz en la sensación juvenil One Direction, el asunto fue tan natural como sacarse una camiseta y no mirar atrás.

El británico de 28 años no es ya un artista revelación, una joven promesa, sino una estrella consagrada, que cierra los mejores festivales, (como Coachella hace un mes) y que tiene una canción (”As It Was) hace semanas en el número uno de los ránking radiales. Lo especial es que su carrera adulta la ha hecho en sus propios términos, huyendo a las tendencias en boga en el pop gringo (las bases trap y el reggaetón que le encantan tanto a Justin Bieber, Ariana Grande o Ed Sheeran) para abrazar el pop rock de guitarras, el típico sonido de una escena muerta para las radios mainstream.

Cualquiera diría que tal receta supondría un suicidio comercial para alguien que apunta a un público juvenil y no ha sido así. Se comprueba en Harry´s House, su tercer disco, una gran colección de canciones en las que sigue desnudando su alma vintage a la hora de dar forma a sus canciones. Desde ese inicio un poco “en falso” en “Music for a Sushi Restaurant”, que suena a un pastiche de Prince y Phil Collins, del que se recupera pronto, a la gloria synthpop de “As it Was, con evidentes ecos a “Take on me”, de A-ha, o incluso sampleando a los funkies The Brothers Johnson en Daydreaming.

En La Casa de Harry hay varios números que invitan al baile (“Late Night Talking”), o a la introspección (“Love of my life”, una preferida personal, con su instrumentación minimal), pero es en los medios tiempos en donde Styles, en total control de su voz, entrega algunas performances memorables, como “Little Freak” o “Matilda”. En esta última cuenta la historia de una chica que huye de su casa. Es un tema escrito desde la empatía pura, que deja resonando en el aire eso de: “puedes irte/ puedes hacer una fiesta con quien quieras y no invitar a tu familia/ si nunca te mostraron amor/ No tienes que arrepentirte por irte y crecer”.

A diferencia de Fine Line, su anterior disco, en la que el tópico del desamor abrumaba, Harry ha afilado su pluma, otro punto alto del nuevo disco. Se habla menos de rupturas o de un amor adolescente que de deseo adulto, complejo, en otra muestra más de un compositor que sigue escalando peldaños y que no para de crecer.

La ficha
"Harry's House"

Año: 2022

Canciones: "As It Was", "Love of My Life", "Matilda", "Satellite", "Little Freak", "Boyfriends".

Sello: Columbia

Calificación:: Cuatro estrellas de cinco o 4/5

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