Alternativo Music Festival. (Foto: Difusión)
Alternativo Music Festival. (Foto: Difusión)
Miguel Rocca

Desde su primera edición, a finales del 2017, el Alternativo prometía. Porque juntaba a los principales artistas nacionales, pero esta vez ya no alrededor del rock y el pop, sino de la mayoría de géneros que se hacen en el Perú, y así es como pasaron por sus distintas ediciones grupos como Los Shapis, los Hermanos Yaipén, Zaperoko, Corazón Serrano y Agua Marina. Es decir, en el país donde es normal comer un “7 colores”, es también normal que un festival de música reúna al rock, la chicha, la salsa y la cumbia. ¿O no?

La sexta edición del Alternativo Music Fest tenía como estelar a Vilma Palma, el grupo argentino noventero que iba a ser el primer artista internacional en presentarse en este festival. La apuesta, previsible a todas luces (los argentinos han cantado con éxito en el Vivo x el Rock, organizado por la misma productora), le daba un plus adicional a un festival que crece a pasos de gigante.

Decía que en el Alternativo pasa de todo, y lo confirmo cuando veo a dos chicos con máscaras de Teletubbies caminando por la explanada del Parque de la Exposición, mientras que en el escenario, el “agua más rica del Perú”, Agua Marina, toca su ya popular intro de “Tusa” (el hit de Karol G y Nicki Minaj) para darle paso a su “Así es el amor”.

Hay mucho público joven (de entre 16 y 25) en el festival. Por eso también se entiende que Rui Pereira, vocalista de Tourista, salga con un disfraz de Stich (de la película Lilo & Stich) para cantar sus temas. Aparte de “Explotar contigo”, la banda tocó temas de su último disco “Fantasmas” acompañada precisamente de “tres fantasmas” envueltos en sábanas blancas.

Josimar y su Yambú es otro caserito de este festival. El salsero, vestido de negro y con un polo de un león gigante de su propia marca de ropa, dice que ha preparado “algo nuevo” para este público, y su orquesta comienza a tocar “Anaconda” y un mix de temas de la selva del Perú. Sí, también “Elsa”, que debe haber sonado unas cuatro o cinco veces ayer entre todos los artistas del festival.

Daniela Darcourt fue otras de las salseras del Alternativo. La intérprete la rompió en el escenario con una orquesta prolija y un coro que acompaña bastante bien. Todos, hasta los vendedors de cerveza, sacan su cel para grabar parte de la presentación de Darcourt. Más allá de los covers con los que se hizo conocida, hoy Daniela canta sus temas propios “Señor Mentira” y “Con mi amiga” y la gente los canta. Hace un año la salsera fue bastante criticada por llegar tarde a su presentación. Ahora, ya reivindicada y canchera, hasta se animó a cantar a capella “Highway to hell”, el éxito de AC/DC. Punto para la salsera.

Raúl Romero es un showman dentro de este festival. Debe ser el artista que más habla con el público (como si estuviera en un programa de televisión), pero está ante 20 mil personas y hace cantar a todos con “La sinfonía de amor” y sobre todo con Magdalena, en donde la gente no espera otra cosa que no sea la mentada de madre en plena canción. El vacilón de los chibolos.

Y hablando de chibolos, el grupo Río sube al escenario con una pregunta: ¿cuántos de aquí nacieron antes de 1986? Muy poquitas manos levantadas (menos de 20 haciendo un conteo rápido), pero al final todos disfrutan con el ochentero tema “La universidad”. Luego una lacrimógena con “Todo estaba bien” y listo, media hora bien disfrutada.

Los Hermanos Yaipén y Tony Rosado también la rompieron en el escenario. La orquesta de cumbia se dio tiempo para cantar una versión de “Tusa” y su ya bastante conocido mix de Juan Gabriel (más de 120 millones de vistas en YouTube) mientras que Tony hizo cantar a todos con “Ya te olvidé” y “Corazón de piedra”.

Un festival raro el Alternativo, pero efectivo. Termina Tony Rosado y comienza Libido. La banda es liderada por Salim Vera, que antes de comenzar a cantar “Pero aún sigo viéndote”, dice “Toño ya murió”, en clara alusión al ex bajista y compositor de la agrupación. El cierre clásico de las presentaciones de la banda, llegó con “Líbido”, canción aprovechada por Salim para golpear y romper todo lo que está a su paso, porque “así es el rock and roll”.

Armonía 10, “la universidad de la cumbia”, es el preámbulo perfecto para el estelar de la noche. La orquesta conquista al público limeño con temas como “Cervecero” y “Juraré no amarte más”, quizá de las más cantadas en toda la noche.

Vilma Palma hace su aparición minutos después de las 11. El horario debe ser lo que más se respeta en el festival. El “Pájaro” Gómez (gran tipo, lo tuvimos en la redacción del diario el miércoles) y compañía se desenvuelven en el escenario con la mochila de una banda que este 2020 cumple 30 años haciendo música. Temas como “Mojada”, “Travestis” y “Bye bye” hacen que el público vuelva tiempo atrás, porque independientemente de si los disfrutaron en su momento, los argentinos hacen que recordemos el pasado con sus hits.

La parte final del festival llegó con Chabelos, Deyvis Orosco y Mar de Copas. Y las casi 20 mil almas que se dieron cita en el Parque de la Exposición terminan cansadas tras más de 12 horas de música, pero contentas. Después de todo, eso es lo que vale.

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