En el acceso a los puestos de alta dirección se observan barreras y sesgos, indicó la casa de estudios.
En el acceso a los puestos de alta dirección se observan barreras y sesgos, indicó la casa de estudios.
Redacción EC

La Universidad Internacional de Valencia (VIU) informó que, actualmente, el contexto en los países americanos presenta diferencias y distintas velocidades de desarrollo con respecto a la presencia de la mujer en cargos directivos dentro de las empresas. Así lo resaltó Helena López-Casares, profesora del MBA y Máster en Gestión de Personas de la casa de estudios

La especialista resaltó que, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las mujeres latinoamericanas sólo ocupan el 15% de los cargos directivos en empresas de la región y apenas el 14% son dueñas de una firma; incluso actualmente solo 1 de cada 10 mujeres ocupan cargos como la gerencia o la dirección principal.

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Asimismo, recordó que, si bien por varias décadas los trabajos relacionados con cuidados, servicios de limpieza o atención al cliente eran las posiciones que de forma tradicional habían ocupado las mujeres, en la actualidad han empezando a acceder a carreras y a estudios relacionados con las ingenierías y las ciencias en general, aunque la demanda en su mayoría se encuentra en carreras relacionadas con la educación, enfermería, psicología, recursos humanos, marketing, periodismo, comunicación y protocolo, seguidos por la administración de empresas, que también está ganando terreno.

En ese sentido, continuó, el mercado laboral femenino se fortalece como consecuencia del valor que las mujeres pueden aportar. Sin embargo, en el acceso a los puestos de alta dirección se observan barreras y sesgos, lo que da lugar a un bajo porcentaje general de las mujeres en comités de dirección, que no sobrepasa, en el mejor de los casos, el 25%.

Dado este panorama –y a pesar del aumento de oportunidades–, López-Casares señaló que en Latam los esfuerzos deben ser aún mayores para poder crear políticas que ayuden a la mujer en su equilibrio vital para compaginar su carrera o trabajo con su familia y vida personal. Uno de los desafíos es consolidar la idea de la corresponsabilidad doméstica entre hombres y mujeres.

“En primer lugar, las universidades deben ser ejemplo de lo que desean ver en la realidad, por lo que deben trabajar por empoderar a las mujeres y apoyar a las que deseen llegar a cargos de dirección y a posiciones académicas relevantes. Por otro lado, las universidades deben normalizar, como lo están haciendo, el acceso a las mujeres a los puestos de dirección y crear eventos, conferencias e investigar en metodologías para que las empresas comprendan las ventajas de acabar con la brecha de género”, manifestó.


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