(Foto: El Comercio)
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Luis Fernando Alegría

El resultado de registrado en marzo, de 3,93% respecto al mismo mes del año pasado, sorprendió negativamente frente a los estimados oficiales, pero positivamente cuando se compara con los estimados de los agentes privados. Lo clave de esta cifra, que fue la más alta de los últimos 14 meses, es que refleja una recuperación pareja entre los sectores extractivos y las industrias no primarias.

Por ejemplo, según estima el Banco de Crédito (BCP), en el tercer mes del año los sectores primarios crecieron 5,5%, su mejor ritmo en nueve meses. La producción agropecuaria se expandió 8,3%, la minería se aceleró hasta 5,5% y la extracción de hidrocarburos volvió a terreno positivo. Todo ello compensó la caída en el sector pesca y, además, apuntaló la industria primaria.

Por el lado de los sectores no primarios, anotaron un alza de 3,5%. Esto debido, principalmente, a un frenazo en la actividad de la construcción: creció 0% y mostró su peor resultado en 10 meses. En contrapartida, las ramas de comercio y servicios aceleraron e incluso la manufactura de más valor agregado superó el 2% de expansión.
Esta dinámica homogénea entre sectores primarios y no primarios no se veía desde hace seis meses. Sin embargo, el estancamiento en el sector construcción es una señal de alerta, advierte Juan Carlos Odar, director ejecutivo de Phase Consultores.

“En marzo hubo un cambio inesperado de gobierno que afectó la inversión pública. Esto sugiere que el crecimiento es muy dependiente de la política fiscal”, observa.

VERANO TIBIO
Junto con la cifra de marzo se dio a conocer el crecimiento de la economía en el primer trimestre, que fue de 3,2%. Este dato, si bien fue el mejor resultado desde los últimos tres meses del 2016, confirma una tendencia de debilidad respecto al crecimiento potencial (3,5%, según el BCR).

No obstante ello, para el banco Itaú BBA, las cifras trimestrales revelan que la actividad económica nacional está ganando tracción. Ello debido a que, durante el verano, los sectores no primarios crecieron más rápido que los no primarios. Además, resalta que las cifras ajustadas por efectos estadísticos (como los feriados por Semana Santa) apuntan a una aceleración.

(Foto: El Comercio)
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TOMANDO CALOR
Tras el dato de marzo, para los próximos meses el panorama luce optimista, según la óptica de los agentes económicos. Odar considera que la dinámica del gasto público será clave para los resultados de los siguientes meses, en los que debiera verse una inversión pública más dinámica.

De hecho, según cifras del Banco Central de Reserva, el gasto de capital del fisco creció casi 20% durante abril. En ese sentido, el BCP prevé que el crecimiento de abril habría sido superior a 5%, en línea con el panorama del Ministerio de Economía y Finanzas.

Así, en el segundo trimestre el PBI podría incrementarse alrededor de 4%, estima el banco. Para Odar, sin embargo, sería más factible ver esas tasas hacia finales del año.

Considerando el panorama, Odar adelantó que la economía podría anotar un crecimiento de 3,5% en el año. El BCP tiene un estimado similar, mientras Itaú BBA es más optimista y anticipa una expansión de 4%.

Los principales ‘drivers’ –coinciden– serán las políticas expansivas (sobre todo la fiscal) y el entorno favorable de precios de los metales en el mundo. Por el lado de los riesgos, Itaú subraya las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, que son los dos principales socios comerciales del Perú.

El mayor dinamismo de la economía podría contagiar los indicadores de empleo en el país. Odar sostiene que en la medida en que las actividades no primarias ganen tracción, habría mayor velocidad en la contratación y formalidad en el mercado laboral.

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