COMBUSTIBLE: En el caso del ISC a los combustibles, también se hizo ajustes tomando en cuenta su grado de nocividad, en coordinación con el Ministerio del Ambiente. Con esta medida, se corrige la distorsión vigente que hace que el gasohol de 97 octanos pague más impuesto selectivo al consumo (ISC) que el diésel, siendo este último el combustible más nocivo. (Foto: Archivo)
COMBUSTIBLE: En el caso del ISC a los combustibles, también se hizo ajustes tomando en cuenta su grado de nocividad, en coordinación con el Ministerio del Ambiente. Con esta medida, se corrige la distorsión vigente que hace que el gasohol de 97 octanos pague más impuesto selectivo al consumo (ISC) que el diésel, siendo este último el combustible más nocivo. (Foto: Archivo)
Luis Fernando Alegría

(Unidad de Análisis Económico)
La está camino a revertir una racha de cuatro años consecutivos de caída. Detrás de este dinamismo está la recuperación de la actividad económica y también ha tenido incidencia la que quizás sea la más controversial del año: el cambio en la estructura del Impuesto Selectivo al Consumo ().

En mayo, el Ministerio de Economía y Finanzas () modificó las tasas de ISC para cinco productos: los combustibles, cigarrillos, bebidas azucaradas, bebidas alcohólicas y autos nuevos. 

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Como estos productos son relativamente difíciles de sustituir por otros, la idea del MEF era que la mayor incidencia de los tributos recayera sobre los consumidores. Los hacedores de política económica fueron optimistas sobre el impacto fiscal de la medida, pero las cifras disponibles a la fecha apuntan a que las expectativas fueron excesivas.

Por ejemplo, el Banco Central de Reserva (BCR), en su Reporte de Inflación de junio, estimó que el conjunto de medidas del ISC aportaría unos S/2.116 millones cada año (el equivalente a 0,3% del PBI). El entonces ministro de Economía, David Tuesta, al lanzar la reforma, anticipaba un aporte de S/1.700 millones en los meses que restaban del 2018.

Sin embargo, según proyectamos en la Unidad de Análisis Económico de El Comercio, a 12 meses de la implementación de la medida, apenas se cumpliría algo más de la mitad de lo proyectado por el BCR, sobre la base de los supuestos del MEF.

En particular, estimamos que, entre mayo del 2018 y abril del 2019, la recaudación adicional obtenida por las medidas sobre el ISC alcance unos S/1.167 millones; es decir, el 55% de la proyección oficial. Esto es una cifra que equivale a 0,19% del producto.

De estos recursos extras generados para el fisco, S/1.362 vendrían del ISC a los combustibles y S/754 millones de la reforma sobre los otros cuatro bienes.

Más aun, si se compara con la meta del MEF a fines de año, estimamos que el aporte del ISC sería de S/827 millones entre mayo y diciembre. Esto representa solo 48,6% de los S/1.700 millones esperados por el Ejecutivo.

Además de todo esto, es importante considerar cuánto es el aporte neto de esta reforma. Ello debido a que se deben descontar las devoluciones que correspondan. 

En términos anualizados, proyectamos que se totalice unos S/1.056 millones netos, luego de descontar devoluciones por S/111 millones. Así, el impacto final sería de 0,15% del PBI.

Solamente en el 2018 se espera que las devoluciones sumen S/71 millones; lo que deja un aporte neto del ISC de S/756 millones.

Todo esto revela que el impacto, si bien se ha quedado corto respecto a las expectativas, sí es un factor que explica, al menos parcialmente, el rebote de la recaudación. Es importante recordar que, tal como hemos señalado en este Diario, el impacto sobre el consumo ha sido menor, pero la producción local de algunos de estos bienes –como la cerveza– sí se vio afectada por las medidas.

Más datos

  • Según estimados de Álvaro Chirinos, presidente del directorio de Alesse, antes de la imposición de las nuevas tasas de ISC, el sector venía creciendo a un ritmo de 11%.
  • Sin embargo, proyecta que el mercado de vehículos caiga 9,5% a diciembre. Incluso, en el rubro de autos y SUV de uso particular, el retroceso sería de 23%. Cabe considerar que parte de la caída también responde a la mayor volatilidad cambiaria que se vio con fuerza en la segunda mitad del año.

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