MDN
Piratería de libros, una batalla que no hemos podido ganar - 1
Abraham Taipe Ballena

Detrás del éxito de la última Fería Internacional del Libro (FIL) y el ingreso de las principales librerías a los centros comerciales y aeropuertos del país en los últimos años, se esconde un fenómeno que golpea año a año la industria editorial peruana: la piratería.

(Foto: Archivo El Comercio)

En medio de decenas de documentos encima de su escritorio y con la bronca contenida, Germán Coronado, presidente de la Cámara Peruana del Libro (CPL) y gerente de la editorial PEISA, lo dice claramente: "los piratas se llevan la carnecita del negocio".

Sigue a Portafolio también en 

Coronado, con más de tres décadas de experiencia en la industria y un par de episodios de quiebra, señala con tristeza que la CPL ha calculado que existen hasta 4.000 obras pirateadas en Lima y que este negocio mueve alrededor de S/.150 millones por año.

"Los piratas eligen cada año entre 40 y 50 obras exitosas y sacan hasta 20 mil copias de cada una. No pagan derecho de autor, regalías, impuestos, nada".

Julio César Zavala, jefe comercial y editorial de , dice que el costo de "producir" una obra pirateada no debe costar más de S/.1 por ejemplar. "Y se venden a S/.20. Imagina cuánto ganan", señala.

Si uno revisa una obra pirata se topa con lo siguiente: fotocopia mal hecha, manchas oscuras, páginas que se despegan, títulos incompletos, etcétera.

Coronado dice que el problema es tan grande que hasta un congresista le ha dicho que comprar libros piratas. "Eso fue el colmo", dice de forma colérica.

¿QUIÉNES SON Y DÓNDE ESTÁN?

No es difícil acceder a un libro pirata. Hay lugares donde se venden al por mayor con toda la desfachatez del caso, como por ejemplo el Consorcio Grau. Y en otros la oferta es al por menor pero con el mismo cinismo: el campo ferial Amazonas (en algunos puestos), las avenidas Colmena y Camaná, entre otras.

En conversación con El Comercio, Adolfo Bernui, secretario técnico de la (CLCDAP), organismo que reúne a la Sunat, Indecopi, Ministerio Público, Policía Fiscal, entre otros, dice que este año han realizado acciones interdictivas en el Consorcio Grau y otras imprentas del distrito de La Victoria, incautando mercadería ilegal por más de S/.4, 5 millones.

(Foto: Archivo El Comercio)

Coronado está al tanto de esas acciones y las aplaude, pero a su entender deberían hacerse de manera continua: “Si cada dos años se hacen megaoperativos de ese tipo no se les hará ni cosquillas a los piratas”.

Es más, su pedido va más allá: “la municipalidad de Lima debe clausurar definitivamente esos lugares donde se expende piratería editorial. ¿Por qué no lo hace?” Bernui indica que sí, que ese es un problema. “Es un tema que vamos a trabajar con el municipio, pues muchas veces los piratas sacan un nuevo permiso para seguir operando”.

Según la , que busca luchar contra la piratería en el país, la persona que incurra en este delito tendrá una pena no menor a los cuatro años ni mayor de ocho años.

De acuerdo al semanario Hildebrandt en sus Trece, hasta octubre del 2013 no había un solo individuo en prisión por este delito. Casi dos años más tarde, Bernui acepta que ahora tampoco.

Un editor de libros que no quiso ser identificado para este artículo, por temor a represalias, dijo que por años ha entablado juicios a los piratas pero que ninguno fue sentenciado. “Todo siempre ha sido muy extraño”.

(Foto: Archivo El Comercio)

¿ALGUNA LUZ EN EL CAMINO?
Fausto Vienrich, director de Derecho de Autor del , dice que como institución realizan constantemente campañas de concientización para respetar la propiedad intelectual, pero que también tienen la potestad de actuar en caso se presente una denuncia contra los derechos vulnerados de un autor. “La multa asciende hasta 180 UIT”.

Consultado sobre cuántas personas o firmas han sido sancionadas en los últimos meses por piratería editorial, indica que no tiene las estadísticas certeras, pero lo que si recuerda son las sanciones contra profesores que han plagiado tesis universitarias.

Zavala, de Íbero Librerías, dice que el problema que enfrentan es grande, pero que en los últimos años los peruanos están tomando conciencia de adquirir productos originales. “Hay una voluntad de acceder al libro, en estos momentos hay más canales para hacerlo: librerías, supermercados, centros comerciales. Creo que el buen momento de la economía ha sido beneficioso”.

En esa dirección, Bernui dice que van a proponer al Ministerio de Educación que en la currícula de la educación secundaria se incluya un curso relacionado a los derechos de autor y la propiedad intelectual. “Necesitamos que los chicos de 4to y 5to de secundaria conozcan de este tema y de cómo la piratería desincentiva la creatividad”.

Las fuentes consultadas para este informe dicen que otra acción trascendental será que se establezca una política nacional de bibliotecas en todo el país, con la condición que el Estado invierta en ellas: comprando libros originales y pagando a los bibliotecarios. Esto originaría que los peruanos puedan acceder al préstamo de obras de cualquier tipo y no tengan que optar por la piratería.

Coronado, mucho más escéptico, considera que mientras no se ataque al pirata todo quedará en buenas intenciones. “La ley del derecho de autor tiene 20 años de vigencia y la piratería editorial sigue siendo un problema”.

Si hoy la industria editorial ha crecido es por el empuje de los editores formales: al cierre del 2013 se generaron ventas por US$520 millones y entre el 2003-2013 la producción de títulos creció 300%. La pregunta cae de madura: ¿si hubiese existido una lucha frontal contra la piratería editorial en la última década en qué situación se hallaría el sector?

Contenido sugerido

Contenido GEC