El precio del petróleo es clave para el rumbo económico en 2019. (Foto: Getty Images)
El precio del petróleo es clave para el rumbo económico en 2019. (Foto: Getty Images)
Luis Fernando Alegría

El mercado de en el es uno de los más complicados en cuanto a organización industrial. Por el lado de la demanda, todos los habitantes del país demandamos combustibles y, por el lado de la oferta, hay varias empresas distribuidoras de estos productos.

Sin embargo, detrás de los múltiples distribuidores, a nivel local solamente hay dos firmas que refinan petróleo crudo para obtener gasolinas: Petro-Perú y Repsol. Esta estructura duopólica está, a su vez, regulada por el Osinergmin; que establece precios de referencia de los combustibles y busca que las firmas mantengan sus precios alineados con esta referencia, que se calcula sobre la base de un proceso de importación eficiente de crudo.

Sin embargo, los precios de referencia de Osinergmin no terminan alineando a los precios finales de venta al consumidor.

Por ejemplo, en lo que va del año, el precio mundial del petróleo viene cayendo 0,75%. Considerando el efecto del alza del tipo de cambio, el precio en soles del crudo sube 3,2%. Mientras tanto, los precios de referencia han caído 6% para el gasohol de 84 octanos, 3% para el de 95, y 0% en el caso de 95 octanos, mientras han subido 2% para el gasohol de 97. Mientras tanto, los precios al consumidor acumulan incrementos de 9,1%, 9,2%, 6,8% y 4,6%, respectivamente.

Esto es una muestra de cómo el traslado del precio mundial del petróleo hacia los consumidores locales no siempre responde linealmente, sino que depende de los productores. Por ejemplo, solo en noviembre el petróleo ha caído 18,6%, el tercer retroceso más grande de los últimos ocho años. Los precios de referencia del Osinergmin han caído entre 12% y 16%, mientras los consumidores pagan solo entre 0,5% y 1,3% menos que el mes previo.

La buena noticia de esto es que, al analizar los rezagos de transmisión al precio final, se esperaría que los combustibles se abaraten entre este mes y enero del 2019.

REZAGOS DISPARES

Para comprobar que el traspaso del precio mundial del petróleo ha sido disparejo, en la Unidad de Análisis Económico analizamos las 10 caídas mensuales más fuertes en la cotización del crudo en los últimos 10 años; y sus 10 incrementos más fuertes también.

Cuando el precio del petróleo sube de manera sensible, encontramos que en el mismo mes del aumento, no se traslada gran parte al precio final. Sin embargo, al mes siguiente los combustibles suben un poco más sensiblemente y al segundo mes se hace más evidente el encarecimiento.

En contraste, a la hora de trasladar la baja del petróleo a los consumidores, no es tan fácil encontrar patrones. Por ejemplo, en los combustibles de más bajo octanaje –que concentran más del 60% del consumo total– los precios bajan de manera sensible solo tres meses después de la caída del petróleo. En tanto, para los de mayor octanaje, el contagio sucede al mes siguiente.

Para reforzar el argumento, un ejemplo es que entre noviembre del 2014 y enero del 2015, el precio del petróleo cayó 50,9%. En el mismo lapso, los combustibles cayeron entre 26,9% y 28,5%. En febrero del 2015 el crudo trepó 10,7% y al mes siguiente los combustibles escalaron entre 6% y 8,1%. Esto refleja las asimetrías a la hora de subir y bajar precios ante cambios en los costos.

Finalmente, la segunda mitad del 2015 fue un período de fuertes bajas en el petróleo. Entre junio de ese año y enero del 2016, el crudo se hizo 23,7% más barato y los combustibles cayeron entre 10% y 5,3%. La consistente caída del hidrocarburo y el débil traspaso a los precios locales propició que el Banco Central de Reserva, en sus Reportes de Inflación de setiembre y diciembre del 2015, dedicara recuadros a analizar el sobrecosto que implicaba el que las refinerías locales no trasladen toda la bajada del petróleo a los consumidores finales.

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