En los sectores primarios (es decir, agro, pesca y minería), el 83,9% del empleo es informal, según el INEI. (Foto: GEC)
En los sectores primarios (es decir, agro, pesca y minería), el 83,9% del empleo es informal, según el INEI. (Foto: GEC)
Luis Fernando Alegría

(Unidad de Análisis Económico)

Una de las grandes trabas del Perú en su camino al desarrollo es su elevado nivel de informalidad. Esto debido a que la economía ‘en las sombras’ se asocia con baja productividad y crecimiento económico más lento. De acuerdo con un estudio de Norman Loayza, economista del Banco Mundial, un trabajador en el Perú puede llegar a duplicar su solo con el hecho de pasar de la a la formalidad, lo que evidencia lo trascendente de este problema.

Sin embargo, en el país hay cada vez más personas que laboran al margen de la ley. Las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática () dan cuenta de que el empleo informal ya suma una racha de 14 trimestres (42 meses) de expansión. Así, el número de puestos de trabajo informales está en aumento desde el segundo trimestre del 2016.

Con este resultado, entre octubre del 2018 y setiembre del 2019 se registraron 12,95 millones de trabajadores informales a escala nacional, es decir, el 73% de la fuerza laboral, y se encamina hacia un nuevo récord.

Al ver el detalle de las cifras, se pueden notar algunos patrones. Por ejemplo, la informalidad tiene mayor incidencia en las personas más jóvenes y con menos grado educativo. El 82,6% de los trabajadores menores de 25 años labora en la informalidad, que también aqueja al 89,8% de quienes trabajan habiendo completado estudios de primaria.

Por el lado sectorial, las ramas extractivas y el rubro de la construcción muestran una tasa de informalidad del 78%.

Es importante notar que si bien la informalidad es un problema, ayuda a mantener una tasa de desempleo baja, que alcanza el 3,7% a escala nacional.

DATOS ALINEADOS

Mientras las cifras de empleo informal revelan un alza, los datos del mercado laboral formal se están debilitando, y distintas fuentes de información apuntan hacia la misma conclusión.

En primer lugar, el INEI elabora sus cifras sobre la base de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) para recoger una foto del mercado laboral que luce sombría. Esto debido a que ha sufrido un fuerte enfriamiento, a tal punto que en los últimos 21 meses (siete trimestres) anota crecimientos cercanos a cero. De hecho, en los últimos dos años persiste ligeramente por encima de los 4,8 millones de trabajadores.

Por otro lado, un indicador considerado “más fino” y preciso por los agentes económicos es el resultado de la planilla electrónica que reporta la Sunat. Este dato es una suerte de censo que mide el número de puestos de trabajo formales en empresas formales que tengan implementado dicho sistema.

La planilla electrónica da cuenta de que, desde marzo de este año, el empleo formal crece a ritmos cada vez más lentos. A agosto de este año hay 3,7 millones de puestos de trabajo formales en empresas formales.

ESTRATEGIAS DE ACCIÓN

Revertir el alza de la informalidad es un reto que tiene muchas aristas por abordar. En la última reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) se dedicó un día a analizar la informalidad y destacar estrategias para combatirla.

Entre ellas resalta que la clave está en la creación de un ambiente en que el sector formal pueda tener más dinamismo, de modo que se creen oportunidades para absorber a la fuerza laboral informal.

Así, resulta fundamental reducir los costos de hacer negocios. En la Unidad de Análisis Económico de El Comercio hemos estimado que el clima de negocios podría aportar algo más de un punto porcentual de crecimiento por año.

En tanto, atacar la corrupción y mejorar el acceso a los servicios públicos, así como fomentar la inclusión financiera son estrategias complementarias para aliviar la informalidad, cada vez más rampante en el país.

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