(Foto: Getty Images)
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Luis Fernando Alegría

(Unidad de Análisis Económico de El Comercio) 

Agosto fue un mes relativamente turbulento para la . En el frente externo, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China escalaron al punto en que el gigante asiático devaluó su moneda. En el lado local, las protestas contra la minería en el sur, el bloqueo de carreteras y del puerto de Matarani, así como la propuesta de adelanto de elecciones han generado turbulencia que ha deprimido el ánimo empresarial.   

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La última encuesta de expectativas macroeconómicas del Banco Central de Reserva () da cuenta de que agosto fue el peor mes del año para la confianza, que retrocedió a niveles del verano del 2017. En ese entonces, el Caso Lava Jato estalló y puso en vilo a los agentes económicos.  

El sondeo del BCR revela que, a nivel sectorial, la visión a tres meses de las empresas en casi todos los sectores productivos ha caído a territorio pesimista en agosto, en línea con la desaceleración de la actividad y la mayor incertidumbre. El único rubro que persiste en optimismo es el de comercio.  

Hasta hace dos meses solo el sector construcción estaba en territorio pesimista. Esta situación persiste desde hace más de dos años.  

A pesar de que el rubro crece a un ritmo anualizado de 5% –la cifra más alta entre los sectores productivos–, diversos eventos afectan la confianza. Inclusive, las empresas del sector, a través de la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN), han advertido que hechos como la anulación del contrato de peajes a Lamsac afectan las perspectivas de inversión.  

MIRANDO A FUTURO 

Un aspecto relevante con miras al 2020 es el deterioro que se ve en las expectativas para los próximos 12 meses. El ánimo empresarial está en su nivel más bajo desde octubre del 2015, pero las diferencias entre sectores son marcadas.  

Todas las ramas productivas se han mantenido en campo optimista en este indicador hasta julio, cuando la construcción pasó al tramo pesimista.  

En ese sentido, en agosto –por primera vez desde que se tiene registro– la confianza del sector servicios cayó a terreno negativo. Así, ahora las empresas del rubro que explica alrededor de 40% del PBI son pesimistas respecto a lo que le espera a la economía peruana.  

Las firmas de manufactura y minería e hidrocarburos –que suman cerca de 21% del producto– se acercan a la línea de 50 puntos; valor a partir del cual se considera optimismo.  

Es importante notar que, en línea con el deterioro de la confianza, la inversión privada no minera ha comenzado a mostrar cifras negativas. En abril se inició la caída de los indicadores de expectativas y en el segundo trimestre esta inversión acumuló una caída de 1,8% en términos anualizados.  

VARIABLE CABLE 

Las cifras de crecimiento del segundo trimestre han llevado a recortes de proyecciones de crecimiento para este año y el próximo. Para Adrián Armas, gerente central de Estudios Económicos del BCR, la evolución de la confianza empresarial es una de las variables claves por considerar para hacer revisiones en las proyecciones de crecimiento.  

El funcionario adelantó que el BCR realizará una revisión de sus perspectivas para este año, en un contexto en que su estimado oficial (3,4%) es más optimista que el del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) (3%) y los agentes privados (la Unidad de Análisis Económico anticipa un 2,4% y el consenso de analistas económicos un 2,5%).  

“Esperamos que [la confianza] se recupere. Depende de la economía mundial y de que la economía local se recupere. También depende de otros factores, como la situación política y social del país”, anotó Armas. Además, resaltó que si bien los vientos externos pueden estar en contra del Perú, lo que podemos hacer como país depende de las decisiones que tomemos internamente.

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