(Foto: iStock)
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/ Kiwis
Inés Temple

Dada la difícil coyuntura que vivimos, creo relevante repasar y actualizar las cosas que hacen las personas que valoran su credibilidad.

1. Las personas que valoran su credibilidad actúan siempre de acuerdo con sus principios y valores, aunque eso afecte sus ingresos o su popularidad. No caen en la tentación de la ganancia inmediata a costa de desmerecer la confianza depositada en ellos. Saben que su carrera es a largo plazo y que de esa confianza depende mucho su credibilidad.

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2. Respetan mucho su nombre, cuidan activamente su reputación y desarrollan su marca personal con perseverancia y consistencia. Saben que un prestigio bien ganado no admite ligerezas, errores de juicio y menos éticas elásticas.

3. Cumplen fehacientemente su palabra, respetan sus promesas y honran sus compromisos y acuerdos, incluso cuando hacerlo ya no les resulta práctico o conveniente, así les hagan perder dinero, popularidad u oportunidades. No se desdicen ni cambian de opinión a la ligera por interés o conveniencia.

4. Respetan la reputación de los demás, no comprometen el prestigio de otros gratuitamente, ni menos a la ligera. No se la pasan chismeando ni, como otros, buscando la víctima diaria de su lengua o su envidia. Saben que hacerlo les quita toda credibilidad.

5. Los que valoran su credibilidad son leales hasta en las malas. No dejan de lado a sus amigos o aliados cuando estos son criticados o señalados injustamente. No venden sus lealtades al mejor postor. Son más bien agradecidos y saben reconocer los méritos ajenos con generosidad.

6. Tampoco son improvisados ni se duermen sobre sus laureles. En ellos se confía ya que “hacen su tarea” y se preparan muy bien cuando se trata de ejercer su especialidad, profesión o encargo. Trabajan con seriedad, corrección, rigor y disciplina.

7. No olvidan que su credibilidad está basada en valores y también en acciones y resultados que benefician a sus clientes, proveedores, colaboradores, accionistas, la ciudadanía, el medio ambiente, el país, etc. Profundizan sus conocimientos, aprenden, se informan y se mantienen vigentes y competitivos. Saben que nada es gratis y todo requiere esfuerzo y dedicación.

8. Las personas que valoran su credibilidad no se sobrevenden ni favorecen el autobombo. Saben que esta está basada en realidades y no en apariencias; que la confianza y el prestigio bien ganado se logra gracias a un récord consistente de acciones, logros y resultados reales en el tiempo.

9. Son coherentes. Tienen los mismos valores para sus vidas personales y profesionales, en la virtual y la real. No tienen dobles discursos ni dobleces, ni hay incoherencias entre lo que dicen y lo que hacen en sus distintos roles.

10. Son íntegros y saben que conducirse correctamente no tiene fronteras, límites o áreas de exclusión. Tampoco viven con conflictos éticos ni de intereses, así eso afecte su bolsillo o sus ‘likes’.

11. Dicen la verdad. Las personas que valoran su credibilidad no dejan de hacer lo correcto, aunque eso los haga temporalmente impopulares. Son éticos, honestos y transparentes, y no acomodan los hechos a su favor, así les resulte práctico, conveniente o fructífero en el corto plazo.

Las personas que valoran su credibilidad son de esas personas con las que da gusto tratar, ser amigos, hacer negocios o elegir si es el caso.

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