Magali Silva fue extitular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.
Magali Silva fue extitular del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.
Magali Silva

Todos reconocemos las ventajas que tiene el para convertirse en una potencia turística, tanto por su historia milenaria y su cultura que combina nuestro pasado inca e hispano, como por sus atractivos naturales que van desde playas, los Andes con sus nevados hasta extensas áreas en la Amazonía.

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Sin embargo, no hemos sabido aprovechar al máximo estas ventajas e incluso hemos sido superados por otros países de la región, quizá, con menos diversidad en atractivos turísticos. Machu Picchu es y seguirá siendo orgullo nacional; sin embargo, ya está sobreexplotado y al límite de su capacidad. Es el momento para decidir aprovechar el enorme potencial que tenemos.

¿Que hace falta entonces para dar este salto en la diversificación turística?

En primer lugar, continuidad en las políticas públicas para lograr resultados. Entender el desarrollo turístico como una política de Estado. No puede ser que cada cinco años los peruanos nos enfrentemos a un replanteamiento completo de objetivos y metas que requieran el desarrollo de nuevos instrumentos con el consiguiente aumento en el gasto de recursos. Por ello es tan importante la institucionalización de las entidades y de las políticas públicas. En el sector de Comercio Exterior y Turismo, tenemos un buen ejemplo de ello con el Plan Estratégico Nacional Exportador (PENX), cuyo éxito en su aplicación radicó en la continuidad a través de tres gobiernos con participación público-privado, con tareas y responsabilidades para el gobierno nacional, gobiernos regionales y empresarios.

En segundo lugar, se requiere claridad en los objetivos. Si estamos convencidos de los beneficios que el sector turismo producirá para el país en términos de empleo formal y divisas, además de actuar como un catalizador a la seguridad y sostenibilidad de nuestro patrimonio histórico y cultural, es necesario plantearse objetivos concretos. En el sector , se trabajó un Plan Estratégico Nacional de Turismo (Pentur), que contempla un horizonte hasta el 2025 consensuado con todos los actores participantes y publicado en julio del 2016. El objetivo establecido fue “consolidar al Perú como destino turístico competitivo, sostenible y seguro, donde a partir de una oferta diversa, lograda con participación de los actores del sector, el turista viva una experiencia única”. Además, en este documento se marca la pauta respecto a las necesidades de actuación conjunta intersectorial.

En tercer lugar, la priorización de actividades, concentrándonos en las más relevantes primero para ir resolviendo las otras a medida que lográbamos resultados importantes. Estas actividades son transversales a todo el Poder Ejecutivo. Así pues, para poner en valor atractivos turísticos alternativos y convertirlos en destinos turísticos de talla mundial como Machu Picchu, se requiere de la decisión política al más alto nivel, que le dé al turismo la importancia que tiene por su naturaleza descentralizadora y generadora de empleo. Se requiere caminar sobre lo ya avanzado y continuarlo fijándonos metas claras. Para ello es importante la participación de distintos actores del sector público que trabajen en coordinación con el sector privado. De una iniciativa público-privada salió la construcción del teleférico Kuélap en Amazonas, con estupendos resultados para la región, pero que al día de hoy requiere todavía de mayor conectividad y servicios hoteleros.